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Leonardo Héctor Sala era párroco de la Iglesia San Martín de Tours, en Quilmes Oeste, era capellán auxiliar del Hospital Evita Pueblo de Berazategui, donde tenía estrecho diálogo con quienes estaban allí internados pasando por un mal momento, y enfermero de pediatría en el Hospital «El Cruce» de Florencio Varela.

Tanto el obispo José Tissera como Marcelo Margni -hoy a cargo de la Diócesis de Avellaneda pero que compartió muchos momentos con el religioso fallecido-expresaron su «profunda tristeza» por su deceso. 

A diario desde la Diósesis informaron sobre la evolución del cuadro que tuvo un desenlace un tanto precipitado. En agosto del año pasado el padre Leo había pasado el Covid y estaba vacunado, pero al aparecer nuevos síntomas en las últimas semanas fue hisopado y aislado preventivamente como indicaba el protocolo, a la espera de los resultados de los estudios.

Incluso días atrás, los profesionales de la Clínica San Camilo de Buenos Aires le habían realizado un procedimiento médico para evitar que se le acumule líquido en los pulmones, que ya estaban comprometidos por un derrame pleural que le dificultaba respirar. Fue entonces que se le dio la posibilidad de volver a su casa con un tratamiento ambulatorio, junto a su familia, pero pocas horas después tuvo que volver a ser internado y falleció.

Su despedida fue en la misma Parroquia quilmeña, ubicada en Andrade 2522, la misa exequial fue presidida por el obispo Tissera, y se transmitió en vivo. Luego fue enterrado con los demás sacerdotes en el Cementerio de Ezpeleta.

El padre Sala nació en Quilmes, el 5 de agosto de 1968, y era hijo de Mirta Piscicelli y Luis Héctor Sala. Dedicado a la enfermería, obtuvo su titulo de Enfermero Universitario y fue también docente de enfermería. Se desempeñó en Terapia Infantil en el Hospital de Alta Complejidad «El Cruce».

Sus inquietudes vocacionales se iniciaron en su edad adulta y fue aceptado como seminarista en 2014, conservando su actividad como enfermero mientras asistía a los cursos en el Profesorado de Ciencias Sagradas del Instituto Espíritu Santo. En 2016 comenzó, junto a otros dos seminaristas, una experiencia formativa viviendo en la Parroquia Nuestra Señora de la Esperanza de Florencio Varela, donde residió hasta 2017, cuando se trasladó a la Parroquia Nuestra Señora de Czetochowa de Ezpeleta. En junio de 2018 recibió el orden Sagrado del Diaconado y el 7 de diciembre el Presbiterado, siendo destinado como vicario a la citada parroquia.

Un año después asumió como administrador parroquial en la Parroquia San Jorge y en 2019 se integró al Consejo Presbiterial de la Diócesis en representación del Clero Joven.

En enero de 2020 asumió como párroco en San Martín de Tours. El padre «Leo», como todos lo conocían, prestó sus servicios profesionales en la atención de la Farmacia de Caritas de Florencio Varela y al comenzar la pandemia le fue encargado, por el obispo Tissera, ocuparse de los ministros que fueron afectados por el virus, realizando una ardua tarea, impecable y de muchísimo valor espiritual e informativo.

Lamentablemente en los primeros meses de este año se le diagnosticó un tumor que terminó con su vida, pero su legado, y su generosidad no serán olvidados.

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