Aseguran que una empresa privada, “con la connivencia del municipio, quiere echarnos a la calle” para quedarse con los terrenos en donde viven desde hace 30 años.
Daniela Gambarte, una de las personas damnificadas que vive en el lugar, asegura que «hace más de 30 años estamos vivienda acá, es nuestro hogar. Somos 14 personas, con varios niños y nos quieren desalojar pese a que podemos demostrar todo, tenemos facturas de luz, fracturas de teléfono, de corralones, de lo construido en este lugar con mucho esfuerzo y sacrificio. Incluso hay una Iglesia funcionando, Jesucristo llama, donde trabajamos para la comunidad, para darle una copa de leche a los niños», expresó sobre las tierras, ubicadas en la av. Dardo Rocha entre Sevilla y 206.
Junto al lugar donde Daniela y otras 13 personas viven se instaló tiempo atrás Truck Stop Rocha, una empresa dedicada “particularmente al transporte” y que permite el estacionamiento de camiones y otros vehículos, funcionando como depósito logístico para otras empresas como Rigolleau, ABSA y el propio municipio de Berazategui, según se puede corroborar en su sitio web.
En ese sentido, Daniela indicó que «Pedimos ayuda al municipio buscando amparo y nos dijeron que no pueden hacer nada», explicó sobre el pedido a Juan José Mussi. «Hay un juicio que se realizó y jamás estuvimos presentes, jamás pudimos presentar nada. Este lugar lo compramos de buena fe», asegura.
El pasado lunes se presentaron en el lugar autoridades judiciales y la policía, pero las familias resistieron el desalojo y, al menos hasta diciembre, según indicó a este medio Yamila, otra damnificada, seguirán allí. «El primer pedido de desalojo nos llegó antes de la pandemia», relató la joven. «Pusimos una abogada que luego falleció, y ahora estamos con uno nuevo. Esto es un arreglo con el que nos quieren sacar a la calle», precisó.
«Buscamos todos los medios pero solo dan vuelta la cara, los abogados que dicen que no pueden hacer nada, un juez que dio una sentencia firme que no sé si sabía que acá estábamos nosotros», se preguntó Daniela. «Estoy destrozada, enojada, defraudada», concluyó la mujer.
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