Los videojuegos multijugador han ido ganando un gran terreno según han ido avanzando los años. Antes lo normal eran los juegos que tan solo tenían un modo historia (offline) o contaban con ambas modalidades: tanto juego offline como un modo online. Sin embargo, el juego en línea aumentó su interacción durante la pandemia como vía de entretenimiento. De hecho, en la industria del videojuego ingresó un 18% más de dinero en 2020 que en 2019.
Sin embargo, este sector es muy atractivo para muchas personas que se dedican a cometer estafas. Desde Defendamos la Argentina señalaron: «La mayor parte de las estafas de juegos en línea que suceden ahora son simplemente versiones recicladas de estafas que ya existían, pero que aumentaron su frecuencia debido a que más gente ha pasado tiempo en línea durante la pandemia. Por ejemplo, enviar a los jugadores a sitios web de terceros. En principio parecen sitios fiables en los que los usuarios pueden comprar complementos, como conjuntos de ropa, armas o capacidades nuevas, o adquirir una manera de generar dinero electrónico para utilizar dentro del juego. Sin embargo, son sitios falsos que engañan a los usuarios para que realicen transacciones por compras o recompensas que no van a recibir. Y basta con tipear algún número de tarjeta de débito o de crédito para que empiece la pesadilla».
En términos generales los hackers buscan la forma de obtener este dinero mediante la comercialización de esta información o utilizándola en futuros ataques, y se valen de distintas técnicas (phishing, malware, ataques a aplicaciones web, micrófono, cámara, fuerza bruta, etc.) para robar información sensible de usuarios, comprometer cuentas de acceso a plataformas o para acceder a los sistemas de las compañías. Directa o indirectamente, el objetivo de estos delincuentes es económico.
En este sentido, los ciberdelincuentes apuntan a las vulnerabilidades que les permiten tomar el control de las cuentas de juego y obtener acceso a tarjetas de crédito u otros datos confidenciales.
Según al ingreso, la ONG señala que si el delincuente ingresa a la dirección IP, que es la única ubicación en Internet que tiene cada usuario, se puede obtener información privada, con esos datos el ladrón puede ingresar a datos financieros y a la cuenta de juego.
También, como mencionamos anteriormente, el Phishing, que consiste en engañar a un usuario para que revele los datos de su cuenta, explica la entidad que «los estafadores envían un correo electrónico a los jugadores y le piden la contraseña e información de acceso, al dar clic al enlace se dirige a una página falsa».
Lo que es más preocupante es la posibiidad que muchos jugadores ni siquiera se den cuenta de que esto está sucediendo si los atacantes roban pequeñas cantidades con regularidad; por lo general hacen el reclamo al banco u otra entidad, e inician una demanda que tarda años.
En este contexto, el Banco Francés publicó algunas recomendaciones para evitar las estafas en los juegos online: “No compartir las credenciales de los juegos, tener cuidado con las ofertas falsas y promociones fuera de la tienda oficial del juego, no hacer trampas con aplicaciones de dudosa procedencia, ya que estas podrían contener virus que permitan a los ciberdelincuentes entrar en nuestros equipos, mantener a salvo y en secreto nuestra información personal.” Además, aconseja tener en cuenta que, pese a que los métodos de contacto en videoconsolas pueden parecer mucho más seguros, no tienen porqué serlo. ¡Hay que tratarlos como a cualquier otra red social!
Por otro lado, la entidad advirtió que es mejor: privatizar las redes sociales y contactos para que solo los amigos con los que jugamos habitualmente puedan interactuar con nosotros y activar la verificación en dos pasos en todas las tiendas ‘online’ que lo permitan, y así contar con una medida de seguridad adicional para nuestra cuenta y nuestros datos.
Asimismo, recalcó: «No mostrar nunca nuestras contraseñas en público: ni en chats, ni en directos, ni en la vida real».
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