El pasado lunes, cerca de las 19, el obispo Carlos Tissera presidió la misa por el 46º aniversario de la Diócesis de Quilmes. En la fecha también se conmemoró el aniversario de la consagración episcopal del fallecido Jorge Novak, primer Obispo de Quilmes. La misa se llevó a cabo en la catedral de Quilmes. Allí Tissera valoró los encuentros pospandemia y profundizó sobre las diferentes etapas que se vivieron en la Diócesis, a la vez que recordó que en ese mismo altar fue ordenado Novak, a quien «debemos recordar con un corazón agradecido por todo lo que hizo por nosotros».
En ese mismo marco se presentó el decreto de renovación de la Comisión de la Memoria conformada por: Armando Dessy, Víctor Manuel Hirch, Gabriela Astudillo y Andrea Brondarbit, entre otros.
En tanto, el viernes 16 se ordenaron nuevos sacerdotes. Fueron Guillermo López y Darío Ezequiel Viecenz, quienes se han formado en el seminario diocesano “María Reina de los Apóstoles”. Dicho encuentro eucarístico se llevó adelante también en la catedral y contó con la presencia del obispo Marcelo Margni, de la Diócesis de Avellaneda- Lanús pero oriundo de Berazategui, y del ex obispo Luis Teodorico Stöckler, además de otros sacerdotes y diáconos.
Tissera resaltó en esa homilía: “En este templo emblemático de Quilmes, nuestra catedral, seremos testigos de otro maravilloso gesto del amor misericordioso de Dios. Ustedes serán ordenados sacerdotes hoy. Muchos de los presbíteros acá presentes también fueron ordenados aquí…y en este marco cualquiera podría preguntar: ¿para qué ser sacerdote? Para celebrar la Eucaristía y para perdonar los pecados. Toda otra cosa pueden hacerla las personas laicas, como me lo han oído decir tantas veces en estos años de formación. Pero nadie puede consagrar el pan y el vino sino el sacerdote. Nadie puede perdonar sacramentalmente los pecados sino el cura, como popularmente lo sabe la gente.”
En tanto les habló a los nuevos sacerdotes: “les deseo que sean curas felices. Serán felices en la medida que se sepan cada día instrumentos de la gracia de Dios. El Señor Jesús es el Buen Pastor. Nosotros sólo sus instrumentos. Él seguirá apacentando a su pueblo a través de ustedes. Déjense pastorear por Él, y en esa medida, siendo instrumentos de su amor, serán buenos y felices pastores en su Reino. Ya están jugados por Él y por su pueblo. Déjense amar por Él como son, y conscientes de su fragilidad, amen con todo su ser a los demás.” Y pidió a la comunidad diocesana que recen “para que los que reciben el llamado de Dios encuentren quiénes los acompañen, los alienten y los ayuden a discernir su voluntad.” Luego de la oración y la imposición de manos, los sacerdotes recién ordenados recibieron la vestimenta característica de los presbíteros de parte de sus familiares y de representantes de las comunidades por las que estuvieron.
Cabe destacar que el padre Armando Ireneo Dessy hizo públicos los decretos con sus destinos pastorales: Guillermo López trabajará en la Parroquia Nuestra Señora de Itatí, de Quilmes, y el Darío Viecenz realizará su misión pastoral en las parroquias Santa María y Santa Isabel de Hungría, de Berazategui.
Durante todo este mes se realizaron diferentes encuentros en toda la diócesis conformada por Quilmes, Berazategui y Florencio Varela, recordando las más de cuatro décadas de trabajo.
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