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Proyecto social | lapalabradeberazategui.com.ar

Sebastian Medina, profesor de educación física del colegio San Pedro Apóstol de Ranelagh y Licenciado en Alto Rendimiento Deportivo, está al frente de un proyecto social que ha ganado enorme trascendencia en los últimos meses. Lidera un equipo de corredores del Barrio Villa 31 de Ciudad de Buenos Aires, que compite en maratones nacionales e internacionales.

Medina comenzó a trabajar con proyectos sociales en el año 2011. Desde 2017 está al frente del Running 31, con el cual busca la integración no sólo entre los vecinos del interior del barrio, sino también con la periferia. «El trabajo que hacemos es el de vincular a distintos sectores del barrio 31 que suelen estar enemistados, pero también integrar el barrio a lo que es la Ciudad de Buenos Aires, compartiendo esta actividad con gente de barrios periféricos. Buscamos derribar los prejuicios habituales que existen cuando alguien dice que vive en la 31», cuenta Sebastián.

Actualmente son 42 las personas de entre 15 y 65 años que participan del equipo de corredores. Desde hace dos años cuentan con el apoyo de la marca Under Armour, empresa que les brinda calzado e indumentaria para que puedan desarrollar la actividad de la mejor forma posible.

En 2019, la historia del Team Running 31 llegó a los medios nacionales cuando Medina viajó junto a Verónica Bargas, de 16 años, a Queenstown, Nueva Zelanda, donde participaron de la maratón (42 kilómetros) de ese país. Si bien el tipo de cambio los perjudicó y sólo pudieron viajar ellos solos, el objetivo está puesto en la próxima maratón de Brasil, que se desarrollará a mediados de 2020, y a donde planean viajar con siete corredores. “La idea es poder llevar a todos, pero no tenemos apoyo económico de nadie, acá cada uno debe pagarse lo suyo, porque en definitiva la idea es que, si te gusta esto, vas a hacer lo necesario para poder participar”, explica Sebastián.

«Todos los que participan tienen sus historias de vida y viven distintas realidades, muy disimiles», cuenta Sebastián, quien destaca por sobre todas las cosas «el compartir y el apego que se genera con la gente; el aprender a valorar lo que uno tiene. Ellos son muy felices cuando me ven llegar y cuando me voy me están preguntando cuando vuelvo. Te esperan», asegura.

El trabajo social que realiza Sebastián se ha extendido a otros barrios de la Ciudad de Buenos Aires, pero aún no llegó a Berazategui. Sobre este punto asegura que «me encantaría poder hacer algo de esto en Berazategui, que es una ciudad que amo y que sé que trabaja muy bien este tema. Me gustaría hacer algo similar pero siempre desde lo social. Mi compromiso es con la gente, no con la política», advierte.

Nacido «porteño», aclara, Sebastián se instaló en Ranelagh hace diez años, y es en esa localidad en donde además conoció a su actual pareja, con quien formó su familia. «Berazategui es un lugar con lindos lugares para practicar deportes, donde ojalá algún día pueda hacer el trabajo social que pude desarrollar en el barrio 31».

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