Otra pérdida lamentable fue la partida del padre Francisco Urbanija, de 83 años, luego de atravesar una dura enfermedad. El sacerdote fue velado en la Parroquia Sagrada Familia, desde las 20 y hasta las 0 horas, y el Obispo Carlos José Tissera presidió la misa exequial, recordando al religioso que fue muy querido en el distrito.

Urbanija había nacido el 26 de octubre de 1938 en Eslovenia y llegó con su familia a fines de la década de 1940. Se radicó en Remedios de Escalada, donde un grupo de sacerdotes de la misma nacionalidad acompañaban a quienes habían emigrado a nuestro país tratando de ayudarlos para su adaptación. Fue en ese contexto que surgió su vocación sacerdotal. Ingresó en el Seminario Esloveno de Turdera, donde hizo sus estudios filosóficos y teológicos, luego de cursar el nivel secundario en el Colegio Nacional Almirante Brown de Adrogué, al igual que otros seminaristas eslovenos. En diciembre de 1964 fue ordenado presbítero en Adrogué.

En 1970 conoció a través de su hermana Teresa- que falleció de Covid el año pasado- el carisma del Movimiento de los Focolares, al que abrazó en toda su misión. En principio fue incorporado a la Diócesis de Avellaneda, pero luego de la creación de la Diócesis de Quilmes, en1976, fue nombrado Vicario Ecónomo de la Parroquia Nuestra Señora de Luján de Villa España. Dos años después fue nombrado párroco de la misma, pero en 1980 el obispo Jorge Novak lo envió para atender el Centro de Formación Sacerdotal “Los 12 Apóstoles” que luego pasó a ser el Seminario Mayor diocesano “María Reina de los Apóstoles”.

Ya en enero de 1985 pasó a ser párroco de la Sagrada Familia de Berazategui, patrona del distrito, y desde allí acompañó a toda una comunidad que crecía a grandes pasos. Estuvo en ese lugar durante largos 15 años, dejando su impronta.  A la par cumplió diversas funciones en la Diócesis.

En 2013 asumió como director pastoral de la Parroquia Nuestra Señora de Itatí de Villa Mitre, y pasó a ser párroco emérito de la Sagrada Familia de Berazategui, de dónde fue despedido con una misa llena de fieles que lo acompañaron a lo largo de los años. Fue entonces que sus achaques, propios de la edad, una caída que lo dejó fuera de actividad un par de meses, y varias complicaciones más, lo obligaron a recluirse.

Su enfermedad

En febrero de este año el padre Francisco había recibido el alta hospitalaria y continuaba en recuperación con una internación domiciliaria en la Casa de las Hermanas de Santa Dorotea de Cemmo, de la Parroquia Nuestra Señora de Itatí de Berazategui.

En aquella oportunidad el obispo Tissera había agradecido la dedicación con la que las religiosas cuidaban al padre Francisco y pidió oraciones para su pronta recuperación. Un par de meses antes había fallecido su hermana Teresa, lo que significó una tremenda pérdida para él, de la que aún le costaba recuperarse.

Urbanija había estado internado en el hospital San Juan de Dios de Ramos Mejía desde el jueves 27 de enero, cuando fue llevado de urgencia y, luego de varios estudios, le encontraron una bacteria en la sangre que le afectó el habla y la garganta, a punto tal que dejó de alimentarse por su cuenta.

Tras varias semanas en estado delicado y mientras muchos rezaban por su salud, Urbanija fue dado de alta por decisión de los médicos y retornó nuevamente a la Parroquia de Itatí junto a las hermanas Giuliana y Gianpaola, que lo cuidaban en forma permanente. Comenzó a comunicarse con carteles y escritos con las decenas de fieles que se preocuparon por él. Desde entonces nunca había podido resolver el problema de la vocalización y deglución, por lo que debía usar una sonda nasogástrica,  mientras seguían estudiando el problema o las causas del mal que padecía.

Especialistas en kinesiología y en fonoaudiología intentaban ayudarlo a superar la situación. Los doctores Santiago Spadafora y Amoruso fueron quienes medicinalmente lo acompañaron a diario en esta etapa tan difícil.

Finalmente el pasado 7 de abril su cuerpo dijo basta. El obispo Tissera compartió la pérdida en las páginas oficiales de la Diócesis, que de inmediato comenzaron a llenarse de mensajes de afecto hacia el cura. 

El intendente local, doctor Juan José Mussi, también lo despidió en sus redes sociales: «Con mucho dolor, hoy despedimos a nuestro querido Padre Francisco Urbanija, quien fue párroco de la Sagrada Familia, patrona de Berazategui. Siempre lo voy a recordar por su vocación y amor hacia el prójimo!». Dijo también: «A lo largo de los 33 años que estuvo al frente de la parroquia, acompañó en cada momento a nuestros vecinos y vecinas. Siempre estuvo en las buenas y en las malas, colaborando, apoyando, alentando, y principalmente llevando paz, amor y esperanza. Por eso estoy seguro que permanecerá en el corazón de los berazateguenses! Francisco, fuimos muy afortunados de tenerte en nuestra comunidad! Te voy a extrañar! Gracias por Todo!».

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