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Del caos a la tranquilidad | lapalabradeberazategui.com.ar

De un día para el otro cambió por completo el panorama en los bancos del centro de Berazategui. El viernes reinó el caos, con miles de ciudadanos volcándose a las sucursales para cobrar jubilaciones, pensiones y asignaciones, sin organización ni controles y con muy poca previsión de parte de las autoridades, generando alarma por la aglomeración de adultos mayores (grupo de alto riesgo en el marco de la pandemia por covid-19) a la intemperie. 24 horas después llegó la tranquilidad, pero el daño, parecía, ya estaba hecho.

El viernes la atención en las sucursales bancarias fue un caos. En el banco Supervielle de Mitre y 7, la fila se extendía por hasta siete cuadras, con jubilados que habían llegado en las primeras horas de la madrugada. «Llegamos a las 4 para estar primeros, la verdad es que no se sabía muy bien cómo iban a atender asique no quisimos quedarnos sin cobrar», contó Antonio, quien vive a tres cuadras de esa sucursal.

«Soy consciente de que tengo que quedarme en casa, pero necesito cobrar para poder vivir», agregó una señora ubicada entre los primeros lugares, minutos antes de que la sucursal abriera sus puertas.

En la calle 14 el panorama era similar. En la sucursal del BBVA ubicado en 14 y 148 la gente también se agolpó desde temprano. Pese a que el caudal de gente era inferior, las filas para la atención en cajas y la de los cajeros estaban abarrotadas de gente, sin respetar la distancia recomendada de 1,5 metros y, en la mayoría de los casos, sin ninguna protección como barbijos, guantes o alcohol en gel para desinfectarse. Algo similar ocurrió en el resto de los bancos de esa zona, con mucha gente y con falta de organización.

Quizá la única entidad que no se vio desbordada haya sido la del Banco Provincia, en 14 entre 149 y 150. Si bien la fila la atención en las cajas se extendía por unas tres cuadras, en las veredas se había delimitado la distancia que debían guardar entre cliente y cliente y todo parecía más organizado. Casi sobre el mediodía ya no quedaba más gente esperando en la calle. «Abrimos diez cajas y en tres horas ya no quedaba gente. Se pagaron casi 10 millones de pesos en asignaciones y jubilaciones», explicaron desde esa sucursal. Sí quedaba gente en la calle aguardando para extraer dinero en los cajeros automáticos, algo habitual por estos días en muchas sucursales.

Finalmente, todo se calmó el día sábado, horas después de que el presidente Alberto Fernández se reuniera con las autoridades del Banco Central y de la ANSES y dispusieran un cronograma de atención por número de DNI, además de la ampliación del horario de atención a los días sábado y domingo de 10 a 17 horas. Esas medidas causaron buen efecto y la atención se dio con tranquilidad durante ambas jornadas, observándose poca gente en las sucursales, con sillas en las veredas para que los jubilados no estuvieran de pie y con la policía repartiendo bebidas calientes, alcohol en gel y barbijos a quienes lo deseara.

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