Claudio Fabián Sotelo tiene 57 años y hace unos días fue entrevistado por el Intendente, Juan José Mussi.
“En la cuarentena obligatoria me aislé mucho, en Hudson, porque soy de riesgo. Tengo un enfisema pulmonar y soy asmático. Ahí veía que muchas personas, amigos y conocidos, estaban colaborando con otros, ayudando de diferentes maneras. Entonces me sentía -de alguna manera- culpable e incómodo con eso. Por eso, encontré mi forma de ayudar siendo voluntario para las pruebas de la vacuna contra el COVID-19, cuando vi un pedido en redes sociales”, relató Claudio, que ahora ya permanece en su casa del barrio Lomas de Godoy.
Asimismo, señaló: “El único requisito era ser mayor de 18 años. Una vez que me anoté, me llamaron a los dos días y a los diez ya estaba vacunado. Me vinieron a buscar y llevaron hasta el Hospital Militar, en CABA. Me brindaron una explicación muy precisa, además de que me hisoparon y tomaron muestras de sangre. A partir de la primera dosis me hicieron un seguimiento diario que, con el tiempo, pasó a ser semanal. Todo el proceso de las pruebas dura poco más de dos años”.
Por último, este vecino voluntario afirmó: “No tuve miedo pero sí ansiedad. Tenía dudas e hice muchas preguntas, pero siento que la vacuna es la única solución y esta es mi manera de colaborar con la sociedad”.
Las pruebas de la vacuna Pfizer son un estudio doble ciego randomizado; es decir, Claudio Sotelo no sabe si recibió la vacuna o el placebo.
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