La situación se registra en varios comercios de Berazategui, en mercaderías de primera necesidad.
Si bien en algunos supermercados se aclara que la restricción en ciertos productos rige para aquellos que forman parte del programa «Precios Cuidados», en otros no se hace esta distinción y la limitación alcanza a todas las marcas.
En los establecimientos pueden observarse faltantes en las góndolas, luciendo algunas de ellas casi vacías. Esto se da con los alimentos como aceite y también derivados de la harina, como, por ejemplo, las galletitas dulces y saladas.
La situación tiene lugar después de que el secretario de Comercio Interior de la Nación, Roberto Feletti, acordará con empresarios retrotraer los precios de 580 productos a los valores vigentes al 10 de marzo.
Al respecto, el presidente de la Liga de Almaceneros, Jorge Noya, explicó: «Esto no es ahora, viene desde hace bastante. A las empresas no les cierra el número de precios cuidados. Suele suceder con las marcas que están en el programa, hay faltantes de mercaderías de la Serenísima como Dulce de Leche La Martona o aceites de Molinos Cañuelas, entre otros».
«Cuando comenzó a regir el programa Precios Cuidados, lo hemos aplicado con la cartelería y todo, pero al no tener los productos, tuve que sacarlo de las góndolas», indicó. En este sentido, dijo que «los comerciantes tuvieron una buena aceptación con el programa, pese a que le dejaba un margen de ganancias menor». «En este contexto, los supermercados nos adaptamos a la situación, porque si hay que ayudar, ayudamos», expresó.
En este sentido, el comerciante opinó cuál sería la propuesta eficaz para que haya precios cuidados sin haber escasez de mercadería. «La forma correcta sería que las empresas transporten mercaderías y precios a los mayoristas, estos extiendan a los supermercados y nosotros vendamos al público. Es una solución que evitaría la deformación de los precios, porque pasa por varios puntos y es así como el producto aumenta».
Asimismo, Noya indicó que «el sector está pasando un difícil momento, ya que perdieron un 10 % de venta, por la situación inflacionaria». En este contexto, remarcó que «los mayoristas no deberían vender mercaderías al público común» y contó: «En el distrito hemos tenido reuniones con el Municipio para frenar esto, porque si nosotros tenemos precios cuidados, nosotros perdemos la posibilidad de venderlos, y eso es un gran problema para los supermercados y autoservicios de barrio».
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