Además, la compañía dejó de realizar los aportes de obra social y jubilación.
«La situación es angustiante, no estamos cobrando desde abril, lo único que hace la empresa es inscribirse para que recibamos por REPRO 22.000 pesos por mes, pero nos está debiendo el resto del sueldo», indicó el personal de la sucursal de Garbarino ubicada sobre Avenida 14.
«En el día de ayer se hizo un pago que equivale al 20 % de la deuda, que se logró porque el Gobierno porteño devolvió a los responsables de la empresa alrededor 220 millones de pesos de unos impuestos mal retenidos por AFIP, y es lo único que pudimos tener hasta el momento», agregó.
Asimismo, los empleados señalaron que «Garbarino hace un año que no realiza los aportes jubilatorios ni de obra social». » Nos cortaron de un día para el otro, y eso fue una puñalada para todos», expresaron. Un hombre que trabaja desde hace 14 años en el local explayó: «En mi caso tengo una hija discapacitada y es fundamental la cobertura de salud; también, hay compañeros que tienen enfermedades oncológicas que de la noche a la mañana dejaron de ser atendidos».
Los trabajadores junto al sindicato de Camioneros se concentraron el pasado martes frente a las oficinas de la empresa Garbarino para reclamar el pago de sueldos y aguinaldo. «Estamos haciendo marchas todas las semanas, se sumó el gremio de Pablo Moyano y se logró empujar un poco más, porque nuestro gremio no nos dio el apoyo necesario», indicaron los trabajadores.
Durante los últimos meses la empresa cerró alrededor de 40 sucursales en el resto del país y en el Gran Buenos Aires, como Lomas de Zamora, Florencio Varela y Quilmes, entre otros. Actualmente el local de Berazategui se encuentra abierto sin ningún empleado despedido, pero sin poder comercializar. «Es puro humo, no tenemos sistema para facturar y las cuotas pasaron a una empresa tercerizada. Vienen entre 10 y 15 personas a comprar, pero no les podemos vender», dijeron.
«Estamos haciendo presencia para mantener la sucursal abierta durante dos horas por día (10 a 12 horas) y estamos aquellos que podemos venir, porque hay muchos que no tienen plata ni para viajar. La verdad es que estamos esperando que en cualquier momento ingrese el dueño del local y nos dé la orden de desalojo», advirtieron.
En paralelo, muchos empleados comenzaron a realizar otros emprendimientos para intentar subsistir mientras se resuelve su situación laboral. «Mientras esperamos que la empresa nos dé una solución estamos buscando otro trabajo, haciendo changas para mantener a nuestras familias, pagar alquileres e impuestos. Muchos de nosotros estamos tapados de deudas», contaron.
«Nadie nos da una solución, ni Garbarino, ni el Ministerio de Trabajo, ni el sindicato. Falta comunicación de la cabecera de la empresa, vivimos en una incertidumbre. Nos fuimos enterando de los problemas porque nos empezaron a pagar con irregularidad hasta que dejaron de hacerlo; luego renunció todo el personal de recursos humanos, siguieron los recortes de los aportes, etcétera», apuntaron.
La última información que circula de la crisis de la empresa es que Camioneros exige la intervención del Estado para resolver la situación de los trabajadores y el director de Garbarino, Carlos Rosales, quien asumió en 2020, sigue buscando inversores para recuperar la compañía que estuvo en el país durante 70 años consecutivos.
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