Con 29 casos ya confirmados en el país y mientras el Ministerio de Salud de la Nación distribuye dosis extra de doble y triple viral para reforzar las coberturas, sólo el 16,3 % de la población objetivo fue inmunizada. Y las consecuencias pueden ser un dolor de cabeza.

Existe un brote de esta enfermedad que tiene preocupadas a las autoridades de salud en un contexto global desde principios de 2025. La reaparición de esta enfermedad viral aguda y extremadamente contagiosa no era lo que se esperaba.

Según el Boletín Epidemiológico Nacional (BEN), los casos de sarampión confirmados en el país ya son 29. El incremento comenzó a notarse desde la Semana Epidemiológica 6, coincidiendo con la alerta del Ministerio de Salud de la Nación. Las provincias más afectadas son Buenos Aires, con 17 casos, y la Ciudad Autónoma de Buenos Aires (CABA), con 11. Además, se registró un caso en San Luis.

Los contagios se concentraron en personas de entre 9 meses y 38 años de edad, reflejando la amplia capacidad de propagación de la enfermedad entre poblaciones no vacunadas.

La situación actual del sarampión en Argentina enfatiza un problema crucial: la insuficiente cobertura de vacunación y la necesidad de implementar estrategias complementarias adecuadas. Según las estadísticas, la cobertura para la primera dosis de la vacuna triple viral está en un 78,5 %, mientras que para la segunda dosis cae de manera alarmante al 46,2 %. Esto refleja un déficit significativo en la inmunidad colectiva necesaria para prevenir la propagación del virus.

Si bien las autoridades iniciaron la distribución de 694.850 dosis de vacunas dobles y triples para reforzar las capacidades del sistema de salud, hasta el momento sólo fueron aplicadas poco más de 100 mil, lo que representa apenas un 16,3 % de la población objetivo.

Las posibles causas pueden ser varias: a las familias que trabajan hasta las cuatro o cinco de la tarde les cuesta mucho llevar a los chicos a vacunarse, ya que la mayoría de los vacunatorios cierran a partir de las dos, y algunos incluso antes. Además, los centros de vacunación permanecen cerrados los fines de semana y feriados.

Para muchos especialistas, las bajas cifras de vacunación actuales no pueden explicarse sin tener en cuenta el contexto socioeconómico: un alto porcentaje de pobreza en todas las regiones del país. Está documentado que la baja tasa de cobertura está relacionada con el nivel educativo y los recursos disponibles. Por eso, por más que el Estado incorpore vacunas, si no se implementan estrategias activas para ir a vacunar a la gente, la gente no se acerca.

Otro factor puede ser la mala comunicación. Por un lado, hubo mensajes confusos respecto a quiénes debían recibir la vacuna triple o doble viral. Por otro, no se desarrolló una estrategia específica de vacunación activa para buscar a quienes realmente necesitan inmunizarse. Además, hoy en día podrían utilizarse tecnologías de comunicación (como ocurre en la Ciudad de Buenos Aires) para aclarar dudas y convocar a la población a los centros de salud.

El Ministerio de Salud proporcionó recomendaciones específicas sobre las poblaciones que deben recibir la vacuna contra el sarampión:

  • De 6 a 11 meses: una dosis de la vacuna doble viral (dosis cero).
  • A los 12 meses: vacuna triple viral correspondiente al Calendario Nacional de Vacunación (CNV).
  • De 13 meses a 4 años: dosis adicional de la vacuna doble viral.
  • A los 5 años: vacuna triple viral correspondiente al CNV, para garantizar la protección al ingreso escolar.

En tanto, para mayores de cinco años se requiere contar con al menos dos dosis de la vacuna. Estas pautas buscan asegurar la protección de las cohortes más jóvenes, que son las más susceptibles a la transmisión del virus.

Adicionalmente, las recomendaciones incluyen vacunar a todo el personal de salud, con el fin de frenar la propagación del virus. También se destacó la importancia de sostener una vigilancia epidemiológica constante para detectar y mitigar rápidamente cualquier nuevo brote.

Esta estrategia integral (que combina distribución eficiente de vacunas, educación sanitaria y políticas de acceso público) es crucial para mitigar el impacto del sarampión, una enfermedad que amenaza con reintroducirse repetidamente si no se toman medidas contundentes y sostenidas.

Hacé tu comentario

Por si acaso, tu email no se mostrará ;)