«Es una herramienta más que permite que la gente pueda comprar con descuento en un momento complicado económicamente, pero también es cierto que los sueldos están caídos y los límites de las tarjetas son bajos; entonces lo que vemos es que los clientes quieren comprar y no pueden, en su mayoría porque están utilizando la tarjeta para adquirir alimentos, porque no les alcanza», contó Miguel, de Casa Víctor.
Y desde la sucursal de Frávega Berazategui indicaron: «La medida es correcta, porque se incrementa la venta, la gente pregunta por el máximo de cuotas para comprar y que se haya extendido hasta el 31 de enero del 2022 es una ayuda grande. El problema es que los ciudadanos tienen pagos todos los meses y la inflación es muy alta, lo que dificulta que puedan disfrutar de una buena promoción. Creemos que, en ese sentido, deberían extender los límites para que más personas puedan comprar».
Por otro lado, no todos los comerciantes operan con el plan de cuotas del Gobierno. Este es el caso de Casa Renata. “El programa no funciona», afirmó Sergio, el dueño del lugar. «El dinero de las cuotas no se deposita en tiempo y forma; no me conviene, prefiero seguir trabajando como hace 9 años, con pagos al contado y las cuotas que brindan las tarjetas», explicó.
Asimismo, calificó al plan como «engañoso». «Nosotros nos manejamos con el mejor precio en efectivo, por ejemplo, ofrezco un juego de 6 sillas a 18 mil pesos; y los negocios que tienen Ahora 12 y 18 lo venden a 22 mil. Si bien son cuotas sin interés, el interés ya está incorporado en el precio del producto».
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