Según datos de la Organización Internacional del Trabajo más del  80% de las Personas con Discapacidad están desempleadas y existe una tasa de actividad del 30%, la mitad que en el resto de la población, lo que refleja que un alto porcentaje de personas teniendo la edad para trabajar, ya ni siquiera busca empleo.

En la Argentina se estima que unas 5 millones de personas tienen algún tipo de discapacidad, el 55% son mujeres y 45%, varones, según datos de la Agencia Nacional de DiscapacidadAdemás, 8 de cada 10 están desocupados.

A propósito de estas problemáticas nos comunicamos con la vicedirectora del taller protegido de producción APANAAL de Berazategui, Teresa Oliveri, quien sostuvo: «La idea del taller protegido es darle entrenamiento laboral a muchachos y chicas, y así ubicar un operario en la sociedad para trabajar. No hemos tenido mucho éxito. Lo que sí ha habido algunos operarios que por uno o dos meses ayudaron, por ejemplo, en una rotisería, en una panadería, fueron al Club Deportivo que está en frente de nuestro local, pero nosotros no tenemos el cupo laboral ni hemos podido conseguir que nuestros operarios pudieran trabajar fuera del taller. Estoy hablando de gente con discapacidad moderada y leve. Imagínate  si una persona que tiene una discapacidad física y la mente sana le cuesta muchísimo obtener un trabajo, cuánto más a nosotros. Entonces en vez de egresarlos a los muchachos nosotros los vamos conteniendo y siguen estando dentro de la categoría de taller protegido de producción».

Además, señaló: «los muchachos que están en el taller reciben un peculio de 1.300 pesos del Ministerio de Desarrollo de la Comunidad de La Plata y un porcentaje complementario por el Ministerio de Trabajo. En total logran cobrar 6.000 pesos. Esto es porque hemos luchado muchísimo y se dio ahora. Van a cobrarlo en febrero recién».             

Por último, agregó: «La situación en discapacidad creo que siempre es la más obligada y las instituciones que trabajamos en este tema estamos en una zona gris. No somos pymes, porque no podemos recibir ningún certificado ni tampoco ayuda económica, aunque funcionamos como una pequeña pyme porque el taller protegido no es una escuela, es un lugar de entrenamiento laboral y de trabajo».

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