Recientemente Estados Unidos anunció que a partir de noviembre se le exigirá a los visitantes estar vacunados contra el Covid 19 para poder ingresar, por ende todos aquellos que fueron vacunados con la vacuna «rusa» tendrán denegado el ingreso.

De a poco el mundo va recobrando la normalidad y los congresos, conferencias y especializaciones que durante todo este tiempo se habían realizado vía internet, están programando sus agendas. Con esto se abrió un fuerte conflicto con el grupo que más afectado estuvo con la pandemia, el personal de salud, que ahora, con menos casos de coronavirus quiere volver a su vida pasada, pero no puede, ya que son muchos los países que no autorizaron la vacuna rusa.

Las vacunas avaladas por la OMS son Moderna, Pfizer, Janssen, Astra Zeneca, Covishield, Sinopharm y Sinovac, en tanto, la decisión de la Unión Europea sería en el mismo sentido. Cabe señalar que el certificado digital de vacunación de Mi Argentina es desde el 6 de septiembre el documento oficial de viaje.

Los expertos dicen que Rusia debería aceptar las recomendaciones hechas por los equipos de la OMS para superar la evaluación como lo hicieron el resto de los productores, para que el suero que recibieron más de 15 millones de argentinos, incluido el personal de salud, sirva para ingresar en otros países del primer mundo.  Ellos mismos han asegurado que «la formación médica internacional es fundamental para el crecimiento profesional». Cabe destacar que los centros formación de élite en medicina, como de otras carreras están en Europa y Estados Unidos.

Sobre este tema le consultamos al doctor José Majewski, presidente del Círculo Medico de Berazategui, quien mencionó: «Lamentablemente la solución no está en nuestras manos y si existiera la necesidad de viajar, la mayor parte del personal de salud no podrá hacerlo, porque fuimos vacunados con la Sputnik. Fue la primer vacuna que llegó y estábamos todos muy preocupados por el avance de la enfermedad. No tuvimos la posibilidad de elegir y hoy vemos que es una desgracia. No lo digo solo por quienes tenían que estudiar o perfeccionarse, o participar de algún congreso, sino también por todos aquellos que tienen algún familiar en el exterior y están esperando el reencuentro», opinó.

«Claro que no teníamos otras opciones, si hubiese podido elegir no me la hubiese puesto, pero estábamos en el frente de batalla y preferimos estar inmunizados, tuvimos que vacunarnos a la fuerza, pero ahora nos bloquearon nuestras libertades», admitió el galeno.

«En su momento, en la desesperación, todos necesitábamos estar vacunados. Lástima que quienes debían comprar vacunas no nos dieron la posibilidad de elegir, eso, siento hoy, hubiese sido lo más justo para todos. Por el contrario, se gastó muchísimo dinero para traer dosis de la vacuna rusa, que llegaba a cuentagotas, en vuelos especiales y muy costosos. Muchos  nos preguntamos si podrían haber usado vuelos de línea. A la distancia no entendemos porqué motivo no se gestionó la llegada de otras vacunas, ese fue un grave error que hoy lo estamos pagando buena parte de los argentinos».

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