Un informe de la ONG Defendamos Buenos Aires determinó que en el último año se incrementaron en un 100% las estafas bancarias en la Argentina, señalando un marcado ascenso en la «criminalidad digital».
El dato fue dado a conocer la semana pasada por esa organización no gubernamental, que, con la colaboración del Estudio Miglino y Abogados, llevó a cabo un exhaustivo trabajo acerca de «estafas, robos, venta de objetos robados y fraudes de todo tipo perpetrados a través de redes sociales”, especialmente WhatsApp, Facebook e Instagram, según explicaron.
De acuerdo con el documento final, quedó acreditado “el fuerte ascenso que registra en Argentina la criminalidad digital al igual que la impunidad de las bandas de hackers. Para dar una idea, entre febrero de 2020 y febrero de 2021 hubo 4.900 denuncias; para pasar a 11 mil casos entre febrero de 2021 y febrero de 2020 con un aumento que supera el 100 por ciento», se lee en el texto difundido.
Quien dio mayores precisiones fue Javier Miglino, director de Defendamos Buenos Aires, al recordar que recientemente “familiares del presidente Alberto Fernández fueron víctimas de una estafa bancaria conocida en ámbitos policiales como la dormilona. Se trata de dos mujeres muy cercanas al mandatario, quienes se dispusieron a hacer una venta de muebles por Marketplace (Facebook) tras una mudanza. El ciberdelincuente se contactó para decirles que estaba interesado en comprar todos los productos y si podía hacer una seña, a los efectos de asegurar la operación. Los familiares del presidente le brindaron los datos de la cuenta bancaria y la pareja recibió la constancia de una transferencia por 30.000 pesos, pero, horas más tarde, la misma persona que había hecho el depósito, volvió a llamar llorando para explicar que se había equivocado y había puesto 300.000 pesos. Entonces pidió la devolución del dinero», explicó Miglino. En ese sentido, sostuvo que «los parientes del primer mandatario verificaron el saldo de cuenta y todo estaba normal. No había 300 mil pesos de más. El delincuente improvisó un ataque de furia y amenazó con bloquear la transferencia a través del banco. En pocos minutos llamaron supuestamente del banco, en realidad ahora se sabe que eran otros integrantes de la banda y les dicen a las damnificadas que debían bloquear la cuenta. Incluso, en un momento le dijeron a una de las mujeres que necesitaban otra cuenta porque era mucha plata. Entonces, una de las víctimas llamó a su prima para ver qué podían hacer y al verificar ambas cuentas, notaron que las habían vaciado y estaban bloqueadas».
De acuerdo con el especialista, este tipo de maniobras fraudulentas, denominadas como “ciberataques”, vienen aumentando significativamente en los últimos años, especialmente en el marco de la pandemia con el aumento de las compras por internet y el mayor uso de las billeteras digitales.»El modus operandi consiste en que el ciberdelincuente tiene información sobre las víctimas. La Justicia está investigando a varias bandas para saber cómo obtienen la información; desde códigos QR falsos, hasta el robo de claves en cajeros automáticos, donde los delincuentes previamente han retirado las protecciones plásticas laterales que evitan que cámaras colocadas a tal efecto, puedan monitorear los números tipeados para ingresar a la cuenta. Mientras tanto, con todos los datos a la mano, plantean hacer depósitos en cuenta para luego pedir la devolución y cuando las personas les ofrecen sus datos bancarios, les vacían la cuenta en cuestión de segundos», explicó Miglino.
Respecto de las estafas que se repiten en transacciones comerciales en las redes sociales, el informe muestra un aumento considerable de robos y estafas derivados de transacciones iniciadas a través de WhatsApp, Instagram o Facebook. En algunos casos, esos hechos delictivos derivaron incluso en homicidios, como por ejemplo el de Sebastián Rodríguez (26), vecino de Almirante Brown, quien el 1 de diciembre último pactó comprar una moto en redes sociales, tras lo cual se citó con presunto vendedor en Florencio Varela. Al llegar al lugar acordado, apareció un sujeto con un arma de fuego con intenciones de robo. Al intentar defenderse, Sebastán fue baleado y falleció horas después en el hospital. Cuenta Miglino que “En el último año se produjeron al menos diez homicidios en relación a operaciones de compraventa frustradas o simuladas, que habían sido publicadas previamente en internet para engañar a las víctimas».
«Las bandas de ladrones, estafadores e incluso asesinos, notaron que mucha gente está comprando luego de ver y revisar ofertas en la web. Tal como fue el caso también de Gonzalo Refi de 32 años, asesinado en Lanús, luego de que alguien se mostró interesado a través de una red social en adquirir un gpu para realizar minería de la criptomoneda Ethereum, que Refi tenía en venta. O el crimen del ciudadano chino Jan Kuai Lang, de 39 años, perpetrado en Hurlingham, exactamente con el mismo modus operandi; diferente tan solo en que en este caso Lang quería comprar y terminó asesinado», recordó.
Cómo evitar ser engañado
Entre las estafas cibernéticas se encuentran el phishing (un correo electrónico que aparenta ser legítimo que se utiliza para que la persona destinataria abra un enlace, complete formularios con información personal o descargue archivos que contienen “malware” o programas maliciosos. En caso de recibirlo, se recomienda eliminarlo inmediatamente. ¿Cómo reconocer casos de phishing? La mayoría de los remitentes de phishing son personas desconocidas o simulan ser personalidades reconocidas, pero suele estar mal escrito el nombre o el apellido; la dirección de correo del remitente puede resultar similar a la dirección real pero no es exactamente la misma; el asunto y contenido, usualmente, se trata de algo urgente que requiere acción inmediata o de un peligro inminente de cierre de cuentas; se deben verificar enlaces y archivos adjuntos: usualmente el contenido lleva a enlaces o pide completar datos o descargar archivos que contienen malware o programas maliciosos habitualmente conocidos como virus.
Por otra parte está el denominado Smishing, una modalidad de estafa mediante mensajes de texto que tiene como objetivo obtener información privada. Al igual que los casos de phishing, la recomendación es eliminar el mensaje.
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