«Nos asaltaron más de 80 oportunidades en 13 meses», manifestó la presidenta de la institución, Lydia Pigozzi. «Pedimos más seguridad y que se haga una investigación en los lugares que compran el cobre, porque mientras exista comercialización en el mercado ilegal de este material, los hurtos de cables se van a seguir produciendo», expresó.

«El primer robo que tuvimos fue el 10 de diciembre de 2019, luego se produjeron un par más entre febrero y abril de 2020; se frenó por la cuarentena, hasta que nuevamente el 7 de diciembre de ese año arrancaron nuevamente los ilícitos para nunca frenar. En abril de 2021 fuimos víctima de 20 robos», marcó la titular de Tres Límites.

En cuanto al accionar policial frente a los asaltos, Pigozzi dijo: «Tenemos una alarma, a veces los oficiales llegan a desarmar el motín y detener a algún delincuente, y otras el robo ya fue consumado. El viernes hubo un allanamiento en una casa de Florencio Varela, donde encontraron cables de la cooperativa y la causa está en investigación». Asimismo, los propios miembros de la entidad van vigilando la zona. «Técnicos y consejeros han recorrido las calles para detectar si alguien roba y dar aviso a la policía. Lo han hecho en horas de la noche y en los lugares rurales, donde la luz es mínima».

Estos delitos perjudican a unos 3.000 usuarios y se produce en la Ruta 2, desde el kilómetro 42 y ruta 36 hasta la zona de Mercoflor. Según detalló la presidenta de la cooperativa dichos delitos «se producen en diferentes horarios, pero con mayor frecuencia por noche». «Son grupos de tres o más personas, que operan con escaleras, hachas y camionetas», señaló.

«La pérdida que nos deja es millonaria», resaltó en relación a los costos que la Cooperativa debe afrontar cada vez que sufre un robo. «Nos han arrancado los cables que están al aire y los troncales subterráneos. Vivimos reponiendo los tendidos y eso, nos genera mucho gasto en cable y contratación de técnicos», subrayó.

Además, agregó: «Recibimos quejas de los usuarios y hasta agresiones, porque se quedan horas sin el servicio y se alteran, porque la reposición del cable es un trabajo minucioso que dura, en ocasiones, más de 14 horas, y ha llegado a 27″.

También Pigozzi contó que la entidad está colocando fibra óptica para beneficiar a los clientes y que a «causa de los robos, tuvo que parar». » Frenamos la instalación porque ese dinero lo estamos usando para reemplazar los cables hurtados». En este contexto, está pidiendo al Ente Nacional de Comunicaciones (ENACOM) un subsidio. «Necesitamos ayuda estatal para completar la cobertura», solicitó.

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