Se difundieron los datos del índice de salarios del INDEC, que se espera que se ubique por cuarto mes consecutivo por debajo de la inflación. Este índice incluye los salarios del sector privado registrado, del público y del privado no registrado. Ahora bien, la actual fórmula jubilatoria surge de sumar el 50% del aumento trimestral de la recaudación de la ANSES y el 50% de la variación salarial para el mismo período. Lamentablemente sabemos que los jubilados, como siempre, son los más postergados y, de acuerdo a los pronósticos, seguirán cobrando como indigentes, después de haber trabajado toda su vida y haber aportado parte de sus ganancias.
El próximo aumento para jubilados y pensionados está fijado para diciembre, y será el último de los cuatro reajustes del año, según la Ley de Movilidad Jubilatoria que establece actualizaciones trimestrales. En septiembre se produjo la última actualización, y la suba fue del 15,53% y este mes, el haber mínimo es de $50.353, incluido el bono de $7.000 que el gobierno paga desde el mes de septiembre.
El problema es que, según estimaciones realizadas por profesionales, en el mejor de los casos los jubilados y pensionados nacionales recibirían incrementos del 18% en diciembre, con lo que alcanzarían un incremento anual del 76%. Sin embargo, se sabe que la inflación rondaría los tres dígitos en el presente año. O sea que los jubilados y pensionados nacionales perderían por lo menos un 20% del poder adquisitivo de sus haberes en el presente año, si se termina de confirmar que culminaremos diciembre con una inflación cercana al 100%.
Cabe destacar que la actual fórmula de movilidad previsional, impulsada por el gobierno de Alberto Fernández y Cristina Kirchner, fue aprobada por el Congreso en diciembre de 2020, y dispone que, para el mes de diciembre podría activarse un tope, vinculado con la evolución que haya mostrado la recaudación de los recursos que recibe la ANSES para hacer frente al pago de las prestaciones. O sea que además, las jubilaciones y pensiones podrían sufrir un ajuste en función de la recaudación de ANSES.
En otras palabras, más allá que el incremento anual de los ingresos no logre alcanzar a la inflación, la ley indica que, si el resultado de la fórmula para la suba de diciembre provoca que el incremento anual exceda un determinado número, entonces se le aplica un recorte al índice del último mes del año.
De confirmarse que la recomposición de diciembre será de entre 16% y 18%, entonces el haber mínimo, hoy de $43.352,59, pasará a ser de entre $50.300 y $51.200, aproximadamente, y el dato no es menor, porque de acuerdo con estimaciones, el 80% de los jubilados perciben la mínima.
Sin embargo, el costo de vida sigue elevadísimo: según los datos difundidos por el INDEC, en octubre la Canasta Básica Total o Canasta de Pobreza alcanza los $128.214 para una familia tipo, mientras que la Canasta Básica Alimentaria o Canasta de la Indigencia trepó a $56.732.
«Siempre quedamos para lo último. Son todas promesas de campaña, pero la realidad es que nadie piensa en los jubilados. El pan 400 pesos, la carne 1200, los remedios por las nubes. Hacemos malabares para llegar a fin de mes y eso que no pagamos alquiler. Llegar a viejo es complicado», precisó Ernestina, que cobra la mínima y acepta que es ayudada por su hija, quien la abastece muchas veces de carne y otros productos básicos.
«Tengo un nieto que vive conmigo. Está estudiando, siendo abuela no me puedo permitir darle ningún gusto, solo comida y casa, después de haber trabajado 30 años. Es una vergüenza», sintetizó Marta de 72 años.
Algunos pocos opinan lo contrario. «El país está mal, las cosas aumentan en forma cotidiana, por eso no alcanza. En realidad lo que cobramos no está tan mal, el problema es que nadie controla los aumentos», aceptó Mario, un ex ferroviario que cobra un poco más de la mínima y puede darse algunos «lujos».
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