También como consecuencia de frecuentes femicidios, en los últimos años surgieron demandas por la igualdad de oportunidades, proporcionalidad en la política, legalización del aborto, visibilización de acosos sexuales, pedidos de penas para los acosadores y reclamos de índole diversa, liderados por movimientos feministas.
Se incrementa el rol protagónico de las mujeres.
Y a propósito del Día Internacional que se conmemora el 8 de marzo, vale la pena recordar algunas luchadoras de Berazategui, que aportaron al crecimiento lugareño y modificaron la realidad.
Acaso la Dra. Julieta Lanteri Renshaw fue la más destacada, por haber sido -médica y farmacéutica- la única con dos títulos universitarios en su tiempo, que impulsó el Congreso Femenino Internacional de 1910. Más tarde se convirtió en la primera sufragista de Argentina y Sudamérica, cuando votó en elecciones legislativas de la ciudad de Buenos Aires el 26 de noviembre de 1911.
Rosalía Davel de Deambrosi ejerció la docencia, publicó varios libros vinculados con la educación y fue vicepresidente de la Comisión de Quilmes, distrito que entonces integraba la localidad de Berazategui, de la Asociación de Maestro de la Provincia de Buenos Aires, una agremiación que bregaba por mejoras en el desempeño de la actividad.
Por su parte la docente, Gabina Tirao de Nicora, estudió con Atanasio Antonio Lanz y fue la primera profesional de la enseñanza nacida en el distrito, quien desarrolló una intensa labor educativa y participó en comisiones comunitarias.
En otra disciplina, María E. Belsunce de Nolfi, discípula de Alberto Williams, destacó en la música. En la misma especialidad, Tatiana Vaistij de Lopszyc influyó en la formación de sus hijas Diana Lopszyc, destacada intérprete de piano y clavecín y Eva Lopszyc compositora y directora orquestal de importante trayectoria.
Notable por su iniciativa, Eva Hajduk llegó a residir en Ranelagh en 1952, donde vivió durante veinticinco años junto a su familia. Enamorada de las plantas, promovió el parque existente alrededor de la estación ferroviaria. Lo hizo con esfuerzo y convenciendo a los vecinos para que formaran una asociación que colaborara con la idea de convertir en parque un espacio lleno de malezas. Continuó su vida en San Carlos de Bariloche, donde su hijo Adam Hajduk es un referente en investigaciones arqueológicas.
María Isabel Farjat, educadora especializada y fundadora de la Asociación de Padres y Amigos de Niños, Adolescentes y Adultos Limitados (APANAAL) generó los talleres protegidos que contribuyen al desarrollo e inclusión de personas con capacidades diferentes, además de generar salida laboral para ellas.
En diferentes ocupaciones también aportaron lo suyo Gioconda Bertoia en poesía, Concepción Bolaños de Flamini en política, Laura Ragas en deporte, Noemí Goñi en educación, Iris de León en cerámica, Hilda Paz en grabado, Norma Cistaro en escultura, Célica García en pintura, Glayds Tirao de Nogués en el rubro inmobiliario y muchísimas mujeres en las cooperadoras escolares, las sociedades de fomento, las asociaciones sectoriales, el comercio, el arte…
Esas son apenas algunas de las sembradoras que dejaron huellas positivas con su accionar. Varias de las nombradas dieron nombre a espacios públicos que las homenajean.
No usaron pañuelitos verdes, ni celestes, ni de otro color que las identificara con una causa particular. Sin embargo lucharon a su modo, con las herramientas de su tiempo y desde el lugar que les tocó actuar, ejerciendo una beneficiosa influencia en la comunidad. Nunca perdieron el entusiasmo por la pasión que las impulaba.
Ellas, y muchas otras, abrieron el camino para las que llegamos después. Y para las emprendedoras de hoy.
Ana María de Mena
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