«Es un justo homenaje poner su nombre al vacunatorio del Centro Sabatto; es un lugar donde dedicó su vida y profesionalismo al servicio de los vecinos. Estuvo en la batalla contra el covid, haciendo todo lo mejor», dijo el presidente del HCD, Gustavo Roesler.

«Fue un gran compañero municipal, querido por toda la gente que lo conoció y trabajó con él. La idea de brindarle este homenaje es para reconocer su labor y, a la vez, reconocer el trabajo de todos los trabajadores de la salud que están luchando contra la pandemia», expresó.  Asimismo, aseguró que el nombre del vacunatorio «perdurará en el tiempo».

Durante esa sesión del HCD estuvieron presentes los familiares, amigos y compañeros de Carlos Jaime, quienes manifestaron lo gentil que era Carlos y mencionaron algunas de las tareas solidarias que realizaba. Por ejemplo, recordaron que el enfermero compraba medicamentos a los pacientes que no podía adquirirlos. «Ponía el amor a disposición de los pacientes», dijeron sus colegas.

Carlos era hijo de Segundo Ignacio Jaime, un reconocido policía, y Gladys Argentina Pereyra, ama de casa. Trabajó durante los últimos días de su vida en el vacunatorio del Centro Sábatto, en el CAPS 5 del barrio Jacarandá y en la Unidad Coronaria del Hospital Perón de Avellaneda. Anteriormente, desempeñó tareas en el CAPS 14 de La Loma, Ranelagh.

Tenía 52 años, sufría de diabetes e hipertensión, el martes 14 de julio del 2020, tras tener síntomas de covid-19, fue hisopado y dos días después arrojó resultado positivo. Su salud desmejoró y fue internado en el Hospital Evita Pueblo. Allí la familia dudó de algunas atenciones de parte del personal del nosocomio y decidió trasladarlo, a través de IOMA, al Policlínico de Lomas de Zamora, donde le dieron el alta tres días después de ser internado. Con posterioridad, el 31 de julio recayó y fue llevado al hospital Perón de Avellaneda, donde al día siguiente falleció.

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