Horacio Valdez secretario general del Sindicato de Empleados del Vidrio y Afines, dialogó con La Palabra en este momento tan especial. Con 66 años y después de haber padecido un ACV el año pasado, el dirigente está repuesto y con toda la energía para enfrentar los próximos desafíos.

Habló de todo, desde las diferencias con el actual gobierno nacional hasta los problemas que más afectan a los empleados del gremio que coordina. El Vidrio celebró su día y Valdez se mostró crítico ante las políticas económicas y el impuesto a las ganancias.

«La realidad del país realmente es muy difícil. La sociedad está muy fragmentada, con un gobierno que no encuentra el camino. Tanto en las empresas grandes como los pequeños emprendedores no hay grandes expectativas. No se ve ninguna luz en el horizonte. Mientras el gobierno dice que son peronistas, pero en realidad son social demócratas,  a quienes no les interesa el pueblo y toman medidas desastrosas. Esto afecta directamente el bolsillo de la gente que no llega a fin de mes. En este contexto los trabajadores del vidrio sobrevivimos, somos casi una isla, pero cada día que pasa tenemos una inflación más alta -explicó y agregó- le tengo miedo a la recesión, porque dónde falten dólares para adquirir materia prima no vamos a poder subsistir….»

Más tarde argumentó que «la capacidad instalada de la producción del vidrio está trabajando a un 100 por 100, con un nivel salarial mejor que muchísimas otras organizaciones. Pero también pagamos ganancias como ningún otro sector, por eso los trabajadores no quieren quedarse a hacer horas extras, y hasta quisieran trabajar menos para no perder tanta plata. Acá solo pasa esto. En Argentina tenemos un salario mínimo de 48 mil pesos y la canasta básica está en 98 mil pesos….bueno así estamos. Acá en el gremio la mayoría de los obreros del vidrio paga ganancias y eso nos afecta mucho».

Paritarias

Negociaron paritarias en marzo, pero solo por cuatro meses. «Cerramos con el 18 por ciento, por suerte todo junto, creyendo que se iba a mantener, pero hoy creo que nos quedamos cortos», lamentó.

«El movimiento obrero tiene que fijar posiciones de una buena vez. Tenemos que defender los intereses de la gente, por lo que fuimos creados. En nuestro caso tenemos desarrollo industrial, tratamos de mejorar siempre los salarios y de brindar una buena obra social, como corresponde, pero si esto no es acompañado por otros sectores que hacen lo mismo, si sigue la inflación, vamos a terminar en una terrible recesión», insistió el dirigente, quien pidió: «Quienes manejan la economía deben juntarse y ver de comenzar a solucionar los grandes problemas de la macroeconomía  antes que sea demasiado tarde».

En cuanto al gremio a nivel local, del que también es titular, Valdez sostuvo que «tiene las puertas abiertas para los obreros del vidrio y para la gente. Tratamos de brindar respuestas que estén a nuestra altura. Por fortuna la cantidad de afiliados no creció, pero tampoco decreció, un fantasma que sufren otros sindicatos».

Explicó que se está por inaugurar una empresa grande en Exaltación de Cruz, que demandará mano de obra, igual que otras en otros puntos del país. «Así nos vamos expandiendo. Llegamos a Salta y otros puntos en los últimos años. Tratamos de hacer las cosas lo mejor posible», sostuvo

Respecto al nuevo sanatorio que se erige en Ranelagh, pegado al complejo recreativo, el sindicalista subrayó: «No es un problema económico lo que no nos permite terminar. Es más, estamos haciendo cinco obras de mucha envergadura en otros lugares y vamos a hacer el salón nuevo del complejo Cristal de Ranelagh. El problema es de costos, porque si terminamos y abrimos tienen que trabajar al menos 200 personas, con sus respectivos salarios y cargas sociales. Más los insumos, los equipos, y el plantel profesional. Por eso lo vamos a llevar despacio para que los números se acomoden en la Argentina y tengamos la posibilidad de ser competitivos. No hay otra razón. Hoy nos sale más barato la contratación que tener el complejo de salud abierto. Mientras tanto nuestros afiliados están cubiertos con una cartilla hermosa, con muchos sanatorios en distintos lugares. Podemos decir que es una estrategia, si no fuese así, las organizaciones sindicales estaríamos quebradas».

También habló del gobierno nacional. «Estoy totalmente desilusionado. Yo siempre fui peronista, pero en este gobierno no hay peronismo ni económico, ni social, ni unidad, por sobre todas las cosas. No me identifico en nada. Parece hasta payasesco todos los que lo acompañan. En las próximas elecciones vamos a votar cualquier línea que sea peronista, pero que no tenga que ver con estas coaliciones que no se sabe si son peronistas, marxistas, leninistas o progresistas. No son nada. Ellos hablan de diversidad, pero esa diversidad no los deja ver el bosque, no tienen nada que ver con los argentinos que esperan, de una vez, respuestas. El país de la comida se está muriendo de hambre».

Antes de culminar habló de los problemas de salud que lo afectaron un tiempo atrás. «Por suerte estoy bien y con ganas. Después de todo lo que me pasó, comencé a preguntarme para qué nos quedamos. Entonces me empecé a replantear todo lo que quería hacer. Soy muy creyente y sentí que quería seguir luchando, porque uno ama el lugar, es mi vocación. Siempre viví lo que quise vivir, con cuestionamientos, críticas y con todo lo que significa la presión gremial, pero acá estamos».

¿Festejar o no festejar?, «Claro que sí. No volvimos a hacer las fiestas grandes, como era nuestra costumbre, porque todavía hay Covid, pero hay que festejar porque estamos muy orgullosos de la calidad y calidez de la gente del vidrio».

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