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Designaron nuevos diáconos | lapalabradeberazategui.com.ar

El obispo Carlos Tissera ordenó nuevos  diáconos este último fin de semana. Esta vez fue el turno ade los seminaristas Roberto Amado Barúa, Guido Lautaro Belloni y Sergio Adrián Brítez, que eligieron como lema de ordenación “He aquí la servidora del Señor, hágase en mí según tu Palabra».

En su homilía, Tissera expresó: «Toda la diócesis está de fiesta por el Sí de ustedes» y profundizó : «Es la alegría del Seminario y de nosotros que los conocemos desde hace varios años”. A la vez que agradeció a las familias de cada uno “porque ustedes también dicen Sí, como lo hacen Roberto, Sergio y Lautaro. Ellos han nacido y crecido en sus familias. Con ustedes damos gracias a Dios, porque pasó por casa y se fijó en ellos para invitarles a seguirlo en la misión de anunciar el Evangelio y ser testigos del Señor resucitado”.

El religioso también felicitó al equipo de formadores del seminario y les agradeció “por la tarea de acompañar a estos hermanos en su formación como creyentes y como futuros ministros de la Iglesia», y recordó que el 25 de marzo de 1983, hace 40 años, el Padre Obispo Jorge Novak ordenaba diácono a los seminaristas Daniel Moreno y Carlos Vázquez, junto a otros compañeros.

Luego manifestó a los nuevos diáconos: «ustedes serán identificados con Jesús Servidor. Serán reflejo de ese amor de Jesús que lava los pies a los discípulos. Es la misma actitud que aprendemos de María, la servidora del Señor”. Tissera les impuso las manos elevando la plegaria de Ordenación y les entregó el Evangelio y unos recipientes para el lavatorio de pies, como símbolos de su servicio. Además, los familiares y amigos de cada uno los revistieron con la estola y la dalmática, vestimenta característica del diaconado.

La celebración se llevó a cabo en la Catedral de Quilmes, fue un momento sumamente emotivo, en el que también estuvieron  presentes el obispo Eduardo Gonzalo Redondo, Auxiliar de Quilmes, el padre Obispo Marcelo Margni, de la diócesis de Avellaneda-Lanús, y el padre Obispo Juan Carlos Romanín, emérito de Río Gallegos.

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