El hecho ocurrió el viernes, alrededor de las 16, en la intersección de las calles 131 y 5, cuando el hijo de un panadero de la zona se acercó a López, quien estaba con un grupo de amigos, y lo acusó de robo, desatando una feroz pelea. En ese momento intervino el policía Sergio Mamonte, de 40 años y perteneciente a la Unidad de Lomas de Zamora, quien vive en esa cuadra y, estando de franco, comenzó a disparar; una de las balas impactó en el cuerpo del joven provocándole la muerte.

La versión inicial de la Policía afirmó que la víctima había participado de un asalto y amenazado con un arma blanca al efectivo. Asimismo, el oficial se defendió diciendo que los disparos lo habría «dado en el suelo». Esta semana la causa dio un giro con el relato de varios testigos presenciales que vieron cómo el oficial habría «disparado a quemarropa», informaron desde la Fiscalía Nº 2 a cargo de Cristian Granados.

El martes por la tarde se dispuso la aprehensión de urgencia del efectivo acusado de homicidio simple agravado por el uso de arma de fuego». Además, indicaron que, hasta el momento, «no está comprobado que Nahuel haya participado de un asalto e intentado agredir con un arma blanca a Mamonte».

Según los investigadores, “en el enfrentamiento también hubo otras personas armadas, al tiempo que en la escena del crimen se secuestraron una vaina servida, dos tacos de cartucho de escopeta y un proyectil que impactó en el frente de una casa, pero no se halló ninguna arma blanca”.

Respecto a la tardanza en la detención, las fuentes contaron que entre los testigos algunos tienen «causas por robo» y temían declarar.   

Por su parte, los familiares realizaron una movilización frente a la Fiscalía en reclamo de justicia.  María López, mamá de Nahuel, relató: «Fue un enfrentamiento entre los barrios Primavera y Barrio 12. Es una pelea que viene de años, a mí una vez me rompieron la puerta y la ventana. Ese día mi hijo estuvo en mi casa junto a su novia hasta las 13 horas, luego se fue a la casa de ella. Caminaron dos cuadras por Vergara y llegando a la 1, mi hijo se dio cuenta que se olvidó el celular, regresó y se encontró a dos jóvenes con los que se llevaba mal y le pegaron. Llegó a mi casa, se cambió y salió otra vez; allí se cruzó al panadero que lo amenaza de muerte. Al rato, se juntó con sus amigos y enfrentaron a la banda enemiga».

«El policía salió y disparó alrededor de 6 tiros a 30 metros de distancia, con el arma reglamentaria, hay testigos que lo vieron disparar a matar. A mi hijo le perforó el estómago», contó.

«A Nahuel lo llevó un vecino con su moto hasta al Centro Sábatto y de ahí lo trasladaron de urgencia al hospital Evita Pueblo, tenía dañados los riñones, la parte pélvica y la vena cava. Murió pasadas las 22.30 del sábado», detalló.

Y concluyó: «Quiero justicia, la policía le arrebató la vida. Mi hijo no era un delincuente, era una persona bien, trabajador y lleno de proyectos».

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