El Día del Bombero nunca pasa desapercibido. Como todos los años, el cuartel de Bomberos Voluntarios de Berazategui comenzó la jornada con un desayuno de bienvenida, en el que no faltaron ni los churros, ni las medialunas, ni el chocolate. Allí izaron el pabellón nacional, se entonó el Himno Nacional y hubo unas palabras de camaradería. Unos 50 bomberos participaron el encuentro.
Más tarde, con el resto de los cuarteles de la zona, se reunieron en el Cementerio Parque Berazategui, donde hay placas de los siete bomberos fallecidos «en cumplimiento del deber». Tras esa instancia sumamente emotiva, cada institución organizó el festejo a su manera.
En Berazategui se celebró con un asado, con la presencia de los bomberos, el cuerpo activo y la comisión.
«Son años duros. Hacemos lo que podemos. Siempre pensando en cómo tener los elementos necesarios para trabajar y que los integrantes del cuerpo no corran riesgos», indicó Enrique Rochetti, presidente de la comisión directiva de Bomberos Voluntarios de Berazategui.
«La mayoría del material que compramos está dolarizado. Por eso renovamos una cosa a la vez e intentamos no quedarnos atrás. Este año compramos un nuevo camión que está aun en el puerto, una autobomba Mercedes Atego con muy pocos años de uso, con tecnología europea. Todo se hizo con fondos propios. El año pasado ingresamos otra autobomba, un Scania grande. Vamos vendiendo a otros cuarteles o a particulares los vehículos más viejos y adquiriendo más modernos. En total hoy tenemos cuatro autobombas, dos cisternas de 12 mil litros, una camioneta para mandados, una Ford Ranger que adquirimos hace unos años, y el tradicional camión Dodge al año 1942, que es nuestro estandarte y al que le estamos haciendo mantenimiento», contó el dirigente.
En relación a los nuevos ingresantes, confió que en que este año serán entre 6 y 7. «El acto será en diciembre, cerca de la fecha del aniversario». Este año festejaron los 74 años.
«Tratamos de estar atentos a todo lo que necesitan. Este año también mandamos a hacer camperas para todos; invertimos unos 550.000 pesos. Lo que sucede es que todo es caro y los ingresos son pocos», se sinceró Rochetti. El cuartel realiza un promedio de 900 salidas mensuales en sus diferentes modalidades; incendios, rescates, accidentes, etc.
«Cada vez tenemos menos aspirantes, porque el ser bombero no es para cualquiera. Es un trabajo duro y se dan cuenta que tenés que tener vocación, sino no aguantan. El trabajo es voluntario, pero antes que nada es arriesgado. Además, tienen que estar alerta los 365 días del año las 24 horas. Nadie mejor que un bombero para entenderlo, pero si no hay vocación no sirve», resaltó.
El resto de los cuarteles festejó cada cual a su manera esta jornada en la que se les debería reconocer el trabajo permanente de asistencia a todos estos héroes anónimos en los que nadie piensa hasta que se los necesita.
«Cada vez es más frecuente que, ante cualquier emergencia o cualquier episodio, al primer lugar al que llaman es al cuartel. Antes que a Metrogas, Edesur, Defensa Civil, una ambulancia, la gente llama a los bomberos, cuando en realidad hay otras dependencias que podrían hacerse cargo o al menos trabajar en conjunto. La mayoría de los voluntarios son muy gauchitos, pero muchas veces sentimos que no se nos valora como se debe», cuestionó un viejo bombero que prefirió no dar a conocer su nombre, pero que, sin duda, expresa lo que sucede.
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