La denunciante es Virginia, responsable del Merendero Mis Angelitos, del barrio Mosconi. Desde hace varios días que su expareja, detenido en el penal de Sierra Chica, le envía mensajes amenazándola de muerte. Esas amenazas se materializaron el último viernes 28 de agosto, cuando un grupo de personas se apersonó allí para apedrear y atacar a tiros el lugar.

Tras el hecho, Virginia denunció en la comisaría 1° lo ocurrido y pidió una custodia policial, ya que los agresores amenazaron con regresar. La mujer, de 48 años y madre de seis hijos, declaró ese mismo viernes que, en horas de la tarde, se encontraba en su hogar (donde funciona el merendero) junto a familiares y compañeros de trabajo, limpiando y organizando la olla popular, cuando una de sus hijas le manifestó que el primo de su expareja, de nombre Sebastián, junto a un grupo de unas 20 personas, habían llegado hasta allí para pelear con su hijo Walter. Al salir a ver qué ocurría, Sebastián le propinó un golpe en el rostro a Virginia, generando que los presentes salieran en su defensa y se iniciara una gresca. Tras ello, los agresores comenzaron a apedrear el lugar y, no conformes con eso, decidieron comenzar a disparar contra el frente del lugar, aunque sin herir a ninguno de los presentes.

Virginia responsabiliza del hecho a su ex, quien la acosa y amenaza mediante mensajes en las redes sociales, donde además viralizó videos íntimos que ella le había mandado cuando aún eran pareja.

La ex pareja de Virginia permanece alojado en el Penal de Sierra Chica, cumpliendo condena por «Robo agravado y tenencia ilegal de arma de fuego». Esta situación, sin embargo, no impide que siga amenazando a Virginia mediante mensajes, cambiando el chip de su teléfono celular constantemente para no ser detectado. Esas amenazas se repiten desde marzo, y son cada vez más agresivas.

Pese a que la mujer realizó varias denuncias, en la Comisaría de la Mujer y en la Fiscalía de Berazategui, él continúa amenazándola. «Ya no sé qué hacer, me dijo que me va a matar. Él crea varios perfiles de Facebook y viralizó videos y fotos íntimas, ya no puedo más», expresa Virginia entre lágrimas, y cuenta que tuvo que cerrar el merendero durante unos días para recomponer todo lo destrozado, pero sobre todo por temor a que otros salieran lastimados. En ese sentido, también denunció que su ex ha facilitado armas a otros reclusos que fueron saliendo en libertad en los últimos meses, por lo que siente temor de que alguno de ellos tome represalias en nombre de él. «Me quisieron prender fuego la casa, me tirotearon la casa y no me ponen custodia. Nosotros acá le damos de comer a cientos de chicos, y como no dejamos vender droga me amenazan para matarme. Alguien tiene que defendernos, porque no es sólo que se meten conmigo, se meten con todos los chicos a los que ayudamos. Necesito ayuda», pide desesperada.

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