El objetivo es garantizar el suministro a los hogares y hospitales. Como todos los años, en materia energética, los argentinos administramos pobreza. Los cortes seguirán hasta el próximo fin de semana y ya se sienten en varias estaciones de servicio de La Plata y otras localidades del Conurbano bonaerense.
A dos semanas de la discusión interna del Gobierno por los aumentos de las tarifas -que se hizo pública cuando le pidieron la renuncia al subsecretario de Energía, Federico Basualdo, que al final no renunció-, comienza a faltar gas. Una situación que impacta directamente a los consumidores: para buena parte de los bonaerenses se suspendió la venta de gas natural para hacer andar los vehículos. La restricción por ahora afecta a La Plata, al interior bonaerense y La Pampa, pero puede extenderse.
No obstante, la llegada de las bajas temperaturas en el país podría agravar el cuadro de faltante. Y también la extensión de la protesta de los portuarios. El miércoles debería ingresar otro barco regasificador a Bahía Blanca, pero para ese día está convocada una huelga de 48 horas de la Federación de trabajadores.
Hoy son 130 estaciones de servicio ubicadas en Buenos Aires y La Pampa que proveen GNC y tuvieron que cortar el suministro. La decisión de la empresa Camuzzi se argumenta por el contrato de “servicio interrumpible”. Otras prestadoras también suspendieron la provisión a las industrias y pymes con ese tipo de convenio.
El impacto en la industria es mínimo esta semana por las restricciones, pero aumentará seguramente con la reactivación. En lugar de resolver el problema de fondo, que es garantizar la provisión de energía, en los contratos ya quedan estipulados los cortes para que siempre se pueda responder a una demanda prioritaria. Es decir, hay una aceptación como normalidad del desabastecimiento que afectará siempre al sector productivo y de transporte, dos motores de la economía.
El contexto social no ayuda, hay más de un conflicto sindical que se interpone en el circuito de distribución: cayó la oferta de producción gasífera propia, debido al conflicto de los trabajadores de la salud en Neuquén, quienes bloquearon las plantas de extracción de esa provincia patagónica. También un paro de obreros portuarios complica la operación del buque regasificador que debía amarrar en el puerto de Bahía Blanca para inyectar gas natural a la red para este invierno. De 17 millones de metros cúbicos sólo pudo regasificar 9.
La falta de gas había comenzado la semana pasada, pero con impacto en las provincias del Noroeste Argentino. Luego se extendió a algunas zonas de Córdoba, Santa Fe y Cuyo, y ahora empezará a sentirse en Buenos Aires. Un problema que tiene que ser abordado a tiempo por el Gobierno nacional, que en un contexto de crisis debe evitar que merme la producción y el empleo.
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