La propietaria del jardín Maternal Modelo «Doctor Mario Di Iorio», Lucía Bruni, tuvo que tomar la drástica decisión de cerrar sus puertas de forma definitiva lo que causó una gran consternación en la comunidad educativa. La entidad que nació hace 10 años- y que festejó el año pasado con actividades diversas para padres y alumnos- no pudo resistir la crisis económica que resultó por la pandemia y no tuvo más alternativa que cerrar esta etapa.
«Es muy doloroso. Pero los últimos días de junio tomamos la decisión del cierre. Con eso se fueron un montón de sueños y proyectos. Un lugar donde se había hecho una gran inversión para poder contener a los nenes, donde se había puesto mucho amor. Tomar esta decisión fue tremendo y lo sigue siendo para quienes habíamos apostado a esto» indicó Lucía Bruni al borde las lágrimas.
«Lo primero que hicimos fue enviar un mensaje a los papás que seguían confiando en nosotros. Nos transmitieron su tristeza. También recibimos el apoyo de muchos docentes que como nosotros están pasando una situación similar. Nosotros como institución del ámbito privado no tenemos ninguna subvención y eso hace las cosas más difíciles. En realidad el jardín maternal nunca fue una súper empresa con réditos impresionantes, solo lo solventábamos con la cuota mensual e intentábamos ponerle mucho de nuestra parte», indicó Lucía que aun esta realizando los tramites para terminar la baja.
«La terrible realidad me demostró que sola no podía y tuve enfrentar la realidad. Durante mucho tiempo estuve entre seguir endeudándome o sufrir las demandas de las docentes, por eso intente llegar hasta acá, pero no aguante más. Sinceramente espero que todos entiendan que fue por fuerza mayor, no era lo que quería, no quería que este fuese el final» expresó Lucía a corazón abierto.
El Jardín Modelo abrió sus puertas hace una década cuando Santi, el hijo de Lucía necesitaba un lugar donde quedarse mientras ella trabajaba. Fue arriesgado. Hubo que hacer reformas en la vieja casa y realizar una inmensidad de tramites para cumplir con todas las formalidades. Transcurrieron los años, algunos mejores que otros. La infraestructura podía incluso albergar a 60 alumnos, como supo hacerlo hace un tiempo. Sin embargo, con los vaivenes económicos que sufrió el país, vino la debacle. Y los chicos cada vez eran menos. Pero no por eso el servicio decayó sino que hizo esfuerzos suficientes para mantener brindando lo mejor de si. Este año no había completado la matrícula pero le pusieron el pecho a la situación.
«Tenemos que reconocer que quizás los jardines maternales privados son para lugares con un nivel social mucho mas alto. El servicio es para los papas que trabajan y realmente veíamos que muchos no podían solventarlo. Menos aun ahora cuando muchos quedaron sin empleo o tuvieron recortes importantes en el sueldo» reconoció la docente.
«Este era mi sueño, mi proyecto» dice Lucía con el mismo entusiasmo que habla de sus hijos. A Santi se le sumo Malena de 2 años y Agustín que aun es un lactante. Con ellas son 6 las docentes que se quedaron sin empleo.
El 28 de mayo, día de los jardines maternales, Lucía se subió a la terraza del edificio y trasmitió en vivo junto a otras instituciones similares una marcha virtual en defensa de estas entidades que están viviendo una agonía. Nadie la acompaño. Se animo a la patriada sola para pelear por la fuente de trabajo.
«Muchos jardines están esforzándose por permanecer. Los docentes venden empanadas, o hacen otros emprendimientos para aguantar la crisis. La mayoría no esta cobrando pero hacen fuerza para resistir. Acá no sucedió lo mismo» barajo Lucía y como dijo antes, «sola» no pudo.
Era uno de los pocos jardines maternales habilitados en el distrito. Garabatos, según fuentes confiables, esta pasando por una situación similar y debatiéndose entre cerrar o seguir arriesgándose pese al momento.
El jardín Modelo cerro sus puertas. Y con él se fueron cientos de momentos y anécdotas vividas que jamás volverán a repetirse.
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