Este incremento, en muchos casos, hace que las familias afinen los números para contemplar en la economía familiar los nuevos valores en las cuotas, teniendo en cuenta que los sueldos no se han incrementado en ese porcentaje.
Durante el año que acaba de concluir, las tarifas en los colegios de gestión privada estuvieron congeladas, es por eso que la Dirección General de Escuelas (DGE) establecerá la nueva «escala de equidad», en la que se fija el valor máximo de cuota. Dependiendo del aporte que recibe el colegio, los montos rondarán desde los $2.742 para los que tienen una subvención del 100 % hasta apróximadamente $5.000 para los que cuentan con una ayuda del 30 %. En cuanto al nivel secundario, supera los $3.000 y llega a los $6.225.
Según un informe difundido por la Defensoría del Pueblo de la provincia de Buenos Aires, actualmente rige un acuerdo firmado por el Estado nacional, las provincias y los representantes de las asociaciones que nuclean a colegios de gestión privada. El convenio no tiene carácter vinculante, pero incluye algunas recomendaciones como diferir, en el caso de las familias que lo pidan, el pago de un porcentaje de las cuotas.
Asimismo, detalla que el gobierno provincial prohíbe retener o no entregar boletines de calificaciones, certificados de estudios, pases a otros establecimientos, certificados de regularidad de los alumnos cuyas familias registren morosidad en el pago aranceles. Y ningún alumno puede ser privado de la asistencia regular a las clases por mora. Además, los establecimientos educativos de gestión privada subvencionados deben destinar, como mínimo, becas equivalentes al 10% de su matrícula.
Desde el Instituto Nuestra Señora de Ranelagh, el directivo Roberto Abdala expresó que «los aumentos no son desproporcionados y se ajustan al contexto actual». «Es un año muy complicado, con muchas familias que tienen deudas por cuotas atrasadas. Cada escuela trató de resolverlo de la mejor manera, pero solicitamos que se pongan al día con la rematriculación, porque los colegios vienen muy mal económicamente, y de la cuota viven muchas familias”.
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