«El mundo será diferente después del coronavirus. Yo digo que estamos viviendo el tiempo del coronavida y esta en nosotros salir de esta situación un poco mejor de lo que entramos. Lo que veo es que hay mucha solidaridad. Hay más gente dispuesta a ayudar. Entre vecinos por ejemplo, se preguntan si necesitan algo qué comprar, y eso es bueno. Y en definitiva, lo que se insiste, persiste…» indicó Mirta Pola Rossi, especialista en educación socioemocional, y vecina de Quilmes que opinó de qué manera nos afectará la nueva pandemia.
Profesora nacional de inglés y neuropsicoeducadora, estudió neurociencia en la Universidad Favaloro con el destacado médico Facundo Manes y en otras universidades. Además participó en diferentes Congresos de Educación, que sumado a su experiencia como docente, le da trayectoria suficiente para hacer un análisis de la situación actual. Cabe señalar que Pola Rossi se reinventó después de los 50, luego de estar al frente de un aula muchos años, Hoy además, administra un importante instituto de inglés y da conferencias para docentes, hoy en forma virtual, a nivel nacional e internacional.
Respecto a la cuarentena y la posición de los estudiantes consideró: «lo importante es que pongan a los chicos a trabajar y a investigar. Pero tengamos en cuenta que la idea final de este aislamiento debe ser la diversidad, porque no hay una sola verdad. Me paso cuando me separe de mi marido, que para muchos era una barbaridad, pero era mi elección. Todos tendremos una respuesta diferente ante la situación que estamos atravesando y es valida para cada uno».
«Otra cosa que nos esta pasando es que los jóvenes estaban esperando meterse en el mundo virtual pero hoy, que todo se maneja de esa forma, muchos me escriben y me dicen que extraña el mundo que vivía antes. Extrañan las picardías de las clases, y las cosas que se daban en ese espacio que no se pueden reproducir en otros lugares, porque somos ante todo seres sociales» expresó la especialista.
Luego sostuvo que «por un lado los padres reclaman que haya un horario para enviar las tareas, que sea siempre a la misma hora, porque traemos una estructura en la cabeza, pero lo estructurado esta cambiando. Pensamos que, por ejemplo, si hay una computadora y el padre tiene que trabajar y el alumno hacer la tarea, se complica mucho y empiezan los problemas, por eso debemos ser flexibles los docentes, más que antes». Y enfatizó más tarde que «los profesores están asumiendo, en estos momentos, clases con elementos que ni siquiera ellos conocen bien. No saben como hacer, ni como corregir los errores. Todo es muy complejo, y la verdad trabajan mucho más que antes. Por eso lo importante es traer la realidad del aula al momento que estamos viviendo».
Dijo que «los medios de comunicación deberían focalizar en los enfermos que se recuperaron y no tanto en los infectados, porque si todo el día estoy escuchando que hay gente muerta por todos lados, se incrementa la ansiedad y nos bajan las defensas. Es necesario buscar la serenidad, la paz interior y hacer una introspección porque no hace falta nada para ser feliz. Es posible que muchos, cuando termine la cuarentena no salgamos corriendo a comprar lo que nos muestra el mercado, no se, las sandalias de moda, o la blusa que se usa, sino que vamos a tener otros valores. Sin embargo- anticipó- la respuesta de lo que vamos a ser cuando termine el aislamiento la tiene uno mismo».
«Lo más importante es dejarse de ver el ombligo y dejarnos de hacernos mala sangre, como decían nuestros abuelos, porque realmente nos hacemos mal. Estamos viendo todo lo que vamos a perder y eso termina arrimándonos el cuerpo» estableció. y agregó: «como sostienen muchos pensadores actuales, la educación es el camino para la trascendencia humana. Y el resultado final de lo que seamos después de la pandemia, lo vamos a hacer nosotros mismos, entre todos, pero cada uno en su propia experiencia», determinó Rossi en entrevista exclusiva con La Palabra.
«Veo que hay gente muy callada pero atenta, y en el medio hay grandes intereses. El COVID19 no va a cambiar las desigualdades que ya estaban, quizás hasta las acentúe. Pero el que no tenía para comer, no lo tiene ahora, ni lo va a tener después. Lo único que nos iguala es que nos podemos enfermedad todos de la misma manera. Además – focalizó- la enfermedad la trajo la globalización, una universalidad que trajo cosas positivas y negativas. Hace un par de años, por ejemplo, estaba en el desierto de Sahara y en el medio de la nada había un kiosco que vendía Cola-Cola y había bolsas de nylon llevadas por el viento, lo mismo que pasa acá… pasa en otras partes del mundo».
Educación en tiempos de crisis
«Uno de los temas que más abordo en las conferencias es el sistema educativo actual y las demandas que tiene el siglo XXI. Hay que repensar muchas cosas. Por mi parte- precisó Pola Rossi- a diferencia de otras personas, empecé a seguir a quienes no piensan como yo, para nutrirme. La idea es integrar y entender al otro desde nuestro punto de vista. Por ejemplo, leo mucho a Yuval Noah Harari, un historiador israelí judío, que esta parado en un lugar muy lejano a mi, en un mundo muy diferente al mío. Pero lo que soy lo sigo siendo. Lo escucho, pero no dejo de ser quien soy, eso es muy importante, ser abierto a otras realidades y no excluir».
Además, consideró más tarde que «los docentes argentinos, en general, tienen mucho ejercicio de la docencia, somos los Messi de la docencia y están muy bien formados, el tema es que los estamos preparando para un mundo que no le va a dar respuestas, lo mismo que a los alumnos. Más allá de eso, con la cuarentena todo perdió sentido de alguna manera. El problema además es que las nuevas generaciones no se manejan analógicamente y desde hace muchos años, el que quiebra el 1,2,3 o no hace todo lo que sociedad espera, es mal visto. La ubicuidad de las nuevas generaciones hace que se deban repensar muchas cosas».
Entre otras cosas admitió que: «normalmente los seres humanos repartimos pedacitos de culpa pero tenemos que aprender a ver que parte del problema es nuestro, en esta y en otras situaciones». Y sostuvo que «la neurociencia es la conexión de a medicina con los avances de la tecnología que permitió conocer de qué manera funciona el cerebro en tiempo real y qué respuestas da ante determinados estímulos». Enfocada en la «neuropsicoeducación», sus mensajes proponer ver «cómo actúa el cerebro ante la necesidad de sobrevivir». Además sugiere que «las realidades no se juzgan, sino que solo se observan».
«Vivir en sociedad nos determina y vamos corporizando, es un desafío permanente y es necesario hablar de las pérdidas que nos causa el aislamiento…los miedos. Expresar lo que sentimos. Estoy, por ejemplo, autorizado a estar triste. Es preciso dejar a un miembro de la familia, si tiene ganas de llorar, que lo haga, porque es bueno manifestarse. No quiero ni pensar lo que será el 2022. porque todo esto nos traerá probablemente un deterioro físico que nos producirá, hasta quizás algunas enfermedades. Por eso tenemos que cuidarnos y aceptar lo que nos pasa» pidió la especialista.
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