El gremio ferroviario La Fraternidad llevó adelante un paro de trenes el pasado martes 29, con el cual se vieron afectados cientos de miles de pasajeros de todo el país durante las primeras 12 horas. Finalmente, tras la intervención del Ministerio de Transporte, se llegó a un acuerdo por el cual la medida de fuerza fue levantada y los servicios restablecidos.

La decisión del gremio que conduce Omar Maturano surgió en rechazo a una decisión judicial por la que se mantiene suspendido el funcionamiento del servicio entre Constitución y Bahía Blanca, debido a un descarrilamiento ocurrido el 8 de marzo, por el cual resultaron heridas 20 personas.

Debido al paro, por la mañana del martes se registraron congestiones en las paradas de colectivos ubicadas en las inmediaciones de las principales estaciones de trenes del Gran Buenos Aires, entre ellas Berazategui. Los habituales usuarios sufrieron el corte en el servicio y la falta de colectivos, ya que no se incrementaron las frecuencias de las líneas de ómnibus.

Ante la protesta, el Ministerio de Transporte convocó a una reunión en esa cartera, la cual derivó en un acuerdo. En ese sentido, el ministro de Transporte, Alexis Guerrera, había indicado que “no es la acción que más nos convence y conforma” porque “siempre hay otros canales que pueden darle solución a los conflictos”.

Por su parte, Maturano había ratificado el lunes el paro «en defensa de la industria ferroviaria y los puestos de trabajo». La Fraternidad no duda en defender a la industria ferroviaria y los puestos de trabajo, vulnerados por la decisión judicial de suspender los servicios entre Buenos Aires y Bahía Blanca por un descarrilamiento. La organización sindical también ratifica el estado de alerta y movilización», enfatizó el dirigente, quien adelantó que continuarán los paros y el quite de colaboración en la actividad en las próximas semanas.

Asimismo, Maturano sostuvo a través de un comunicado de prensa que la industria ferroviaria «es de forma permanente atacada, en este caso por la justicia», y añadió que el gremio también rechaza «las irregularidades producidas en la compra fantasma de pasajes en servicios de la actividad, que agotan las disponibilidades y transfieren pasajeros al sector del autotransporte». Aseguró que «El ferrocarril está siendo atacado y, prueba de ello, es lo que ocurrió durante el asfaltado de vías y ante la negativa de algunos intendentes a que los servicios se detengan en sus localidades, como ocurre en Chascomús, por ejemplo», afirmó, al tiempo que evidenció que el malestar también se relaciona con «las conductas de algunos gobiernos provinciales que, violentando la ley, se adueñan de territorios ferroviarios propiedad de la Nación y utilizan terrenos para variados fines y no para construir viviendas para el personal, que no tiene casa propia en un 60 por ciento», dijo.

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