Por Luciano Gaíta

 

De chico tenía un físico diminuto, pero su talento sobresalía ni bien tocaba la primera pelota en un partido o entrenamiento. Ágil, habilidoso  y con una mentalidad muy fuerte, Valentín Larralde se sobrepuso a varios obstáculos a lo largo de su formación como futbolista para llegar a la actualidad: debutó en la primera de Defensa y Justicia frente a Delfín de Ecuador, por la Copa Libertadores de América. Y a pesar de haber sido derrota para los de Varela, su pecho explotó de alegría por haber dado el primer paso en la categoría máxima.

En diálogo con PERIÓDICO LA PALABRA, Valentín detalló los pormenores de semejante experiencia.

“Se cumplió mi sueño de jugar en primera. La verdad es que estaba tranquilo, ya había ido al banco de suplentes en dos partidos anteriores y es como que me sirvió para serenarme. Además, el hecho de entrar con el encuentro lamentablemente definido en contra de Defensa hizo que la presión fuera mucho menor. Pero yo igualmente lo disfruté, fueron 15 minutos mágicos”.

Analizando ese partido, lo definió como “raro. La cancha estaba en muy malas condiciones y ellos hicieron un golazo de volea que rompió el empate. Ahí fue como que nos desesperamos y lo pagamos. Igualmente estamos tranquilos, porque dependemos de nosotros. Y en el peor de los casos, si quedamos eliminados de la Libertadores, tenemos asegurada la clasificación a la Sudamericana”.

Retrocediendo a los inicios, Larralde cuenta que sus primeras armas las hizo “en el fútbol intercountry. Me acuerdo que me despertaba a la mañana de los domingos con una alegría enorme porque sabía que por la tarde teníamos partido. Íbamos a un country determinado donde hacíamos un mini torneo amistoso de tres o cuatro equipos, todos contra todos, y era un momento espectacular con mis amigos.”

Paralelamente comenzó a jugar en Independiente, donde estuvo dos años; luego pasó por Lanús, el club de Baby El Fortín “donde aprendí muchas cosas”, para arribar a Gimnasia y Esgrima La Plata, donde permaneció por 10 años.

En los torneos organizados por la Liga Country Sur siempre representó a El Pato Country Club, y jugó en varias de las categorías de menores y en la ya desaparecida River Cup. “Lo hice hasta los 12 o 13 años, cuando estaba en la novena de Gimnasia. A esa altura los entrenamientos eran todos los días y comencé a sentir que arriesgaba mis posibilidades si seguía, entonces me focalicé en el club”.

Una vez finalizados sus estudios primarios en la Escuela Cooperativa del Sur, de El Pato, continuó el secundario en el Ausonia de Quilmes, con el fútbol siempre como eje central en su vida.

Al llegar a quinta división le dieron la desagradable noticia de que lo dejaban libre. Volante creativo en sus inicios, había adaptado su juego para poder seguir formando parte del Tripero, pero desde la entidad platense decidieron separar los caminos.

“Me fui a probar a Defensa y se extendió bastante todo hasta que finalmente me aceptaron. Y fue increíble desde el inicio, por la filosofía de juego que tienen en el club. Desde el primer momento me sentí cómodo, pude desarrollar mi juego como doble cinco y sentirme útil para el equipo”.

Comenzó entrenando en la cuarta que lo hacía conjuntamente con la tercera, y unos meses después quedó definitivamente en el plantel de reserva, a cargo del entrenador Pablo De Muner, grupo con el que debió atravesar el receso impuesto por la pandemia.

“El trabajo que se hizo desde Defensa fue impresionante durante el parate, porque no solo realizábamos la parte física por zoom, sino que teníamos actividades como geografía, historia, análisis de partidos, fue muy completo. Nos conectábamos de lunes a sábados, estuvo muy bueno”, agrega Larralde.

Con respecto a sus primeros pasos en la categoría máxima, destaca que el cuerpo técnico encabezado por Hernán Crespo está muy pendiente de todos los detalles de los jugadores, tanto en el plano futbolístico como en el personal. “Crespo es muy conciso en lo que nos pide a cada jugador, es claro y directo; lo que necesitamos”.

Con respecto a las ligas del extranjero que más lo atraen, Valentín señala que “miro todo, pero la de España y la Premier son las dos que más me gustan”. Y si de espejos se trata, asegura que siempre admiró “a Iniesta, es un fenómeno. Lo mismo que Fernando Gago y el belga Kevin De Bruyne”.

El primer paso fue dado, la historia recién comienza. A un mes de cumplir los 20 años, Valentín Larralde apunta su enorme talento y fortaleza mental a lograr permanencia y estabilidad en el fútbol argentino, porque “mantenerse es más difícil que llegar”, finaliza.

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