Diego Golombek, director del Instituto Nacional de Educación Tecnológica, encabezó el anuncio oficial y señaló que «No tenemos ninguna certidumbre respecto al cuándo va a haber un regreso a las clases presenciales, aunque sí debemos estar muy preparados para que esto sea escalonado y obviamente seguro».
Entre las precauciones acordadas por todos los ministerios y especialistas de la cartera de Salud, están el distanciamiento de dos metros entre los alumnos en los lugares comunes y de un metro y medio dentro de las aulas; tapabocas obligatorio desde primer grado; evitar las aglomeraciones en la entrada y salida de los colegios; limpieza y ventilación frecuentes de las aulas; y protocolos de higienización y limpieza para el personal docente, no docente y capacitación para los directivos y las familias.
Respecto de los espacios comunes, como patios, comedores o baños, el protocolo determina que también estarán limitados por «distanciamiento físico y en cuanto al tiempo que se pueda pasar en cada uno de ellos», señaló Golombek, quien también destacó que «La reapertura va a ser un proceso escalonado y esta preparación implica adecuar las instalaciones de los institutos educativos, tanto de la educación obligatoria como de los institutos superiores y universidades nacionales y privadas», precisó.
En diálogo con Diario La Palabra, el profesor de la Universidad Nacional de Quilmes se refirió a la repercusión que tendrán estas medidas en la continuidad pedagógica de este año: «Tenemos que asegurar la continuidad pedagógica. De hecho, lo estamos haciendo por otros medios con la educación virtual de Educación a Distancia. Sabemos que no reemplaza de ninguna manera a las clases presenciales y a la presencia del docente y a la contención afectiva que brinda la escuela (además de los contenidos), pero estamos acompañando al menos a la mayoría de los chicos», indicó, y aclaró que «esto dista mucho de ser ideal, sabemos perfectamente que a muchos chicos no les está llegando la información adecuada o no tiene la contención en la casa para hacerlo, y esto es un problema que tenemos que solucionar». En ese sentido, Golombek explicó que «más allá de esto, tenemos que asegurar que las clases continúen de una manera lo más fluida posible, priorizando sobre todo a quienes tienen que estar en una situación de finalidad pedagógica, como séptimo grado o quinto y sexto año de la secundaria. Tenemos que asegurarnos que terminan y que terminan bien».
Al mismo tiempo, Golombek expresó que «Las aulas ya no serán las mismas desde el punto de vista sanitario e higiénico. Si sabemos que una de las primeras cuestiones es mantener el distanciamiento físico con un mínimo de 2 metros en espacios comunes y metro y medio dentro del aula, ya la perspectiva del aula es diferente. Muchos chicos y chicas, mantenimiento de distancia, los tapabocas, con ventilación… esto en el imaginario de uno se sabe que una escuela no es así, la escuela es un lugar donde hay mucho movimiento, de entrada, salidas, recreos… y esto por un tiempo vamos a tener que cambiarlo. Hasta que se solucione completamente la cuestión sanitaria, las aulas van a ser diferentes en términos físicos», explicó.
Respecto de la conformación de las aulas, el investigador sostuvo que «Estamos trabajando en un modelo de aulas como propuesta, como recomendación para que las instituciones tengan algún ejemplo en el cual inspirarse para lograr el mejor acompañamiento físico posible. Por otro lado, la educación tampoco va a ser igual porque necesariamente va ser dual: una parte presencial y otra parte a distancia, dado que los chicos no van a estar yendo todo el tiempo todos los días. Tendremos que acostumbrarnos, será un paso más hasta llegar a una normalidad».
Por último, Golombek se refirió a la brecha existente entre aquellos que pueden acceder a los dispositivos tecnológicos necesarios para estudiar a distancia y aquellos que están postergados en ese aspecto: «Estamos viendo que los dispositivos tecnológicos son imprescindibles en este momento y en esta situación. Claramente algo de eso llegó para quedarse. El grave problema es la brecha, la inequidad existente en el acceso a la información y a esta tecnología, y aquí el Estado, tanto nacional como provincial, y eventualmente municipal, tienen un rol importantísimo en ir (de a poco, porque es un universo muy grande) asegurando ese derecho a la educación en estos tiempos que se requieren de herramientas tecnológicas que no están al alcance de todos».
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