Este era un reclamo histórico de la CGT y, pese al enojo de las prepagas, el gobierno nacional modificó el sistema de libre elección de las obras sociales. Respecto a esto se alzaron muchísimas voces en contra, pero también algunas a favor, sobre todo del sector sindical que ve con buenos ojos esta nueva etapa.

Ante la nueva situación, Argentino Geneiro, titular de la Unión de Trabajadores Gastronómicos de la región, indicó que «era una medida que hacía tiempo estábamos esperando. Durante muchos años vimos como se fueron desfinanciando las obras sociales sindicales hasta el punto de no poder cumplir con los prestadores y estar penando para poder saldar las deudas, mientras que las prepagas cautivaban al trabajador con ofertas engañosas, con promesas que luego no se cumplían», criticó el dirigente.

«Las obras sociales sindicales son un sistema solidario de salud en el que los aportes van a mejorar el propio sistema, porque para nosotros la salud no es un negocio, mientras para las prepagas sí, y  tenían el mercado cautivo con mentiras, porque una vez que el trabajador optaba por elegirlas comenzaban a sufrir distintos abusos. Ahora los trabajadores tendrán que estar en la obra social que le corresponde y recién después de un año podrán elegir por otra. Por otro lado -admitió Geneiro- las obras sociales tenemos que darle al trabajador la tranquilidad de poder contar con una atención adecuada, es un desafío que tenemos por delante, para que una vez que termine ese período quieran quedarse por elección».

«Tenemos que volver a lo que pasaba antes, donde las obras sociales eran muy importantes. En definitiva, creo que es un cambio positivo y que beneficiará a los trabajadores. Por otro lado, durante todos estos años se produjo lo que se conoce como descreme, donde los trabajadores con sueldos más altos, con puestos jerárquicos, optaban por las prepagas y quedaban en el sistema de obra sociales solo los trabajadores con menores aportes, lo que impedía que pudiéramos cumplir con una óptima atención en los casos de mediana y alta complejidad. Esta situación nos impedía cubrir como corresponde los gastos de los prestadores, como clínicas, laboratorios, etc.».

Geneiro celebró esta modificación, pero pidió al gobierno que «devuelva a las obras sociales el dinero que es nuestro y que retiene por una u otra cuestión. Al día de hoy son miles y millones de pesos. Fondos que fueron girados y que nunca fueron devueltos.  Es dinero que le corresponde a las obras sociales, de los propios trabajadores y que no lo tenemos. Es una suma monstruosa. En tal caso, si lo tuviéramos podríamos brindar un mejor servicio a nuestros afiliados, cumplir como corresponde con un sistema sanitario de excelencia».

La nueva medida establece que la opción de cambio podrá ejercerse solo una vez al año y, como contraparte, las obras sociales deberán garantizar el acceso a la información detallada, completa y adecuada a los beneficiarios respecto de la cobertura prestacional brindada. Según un comunicado de la CGT, la nueva medida viene a terminar con «una práctica espuria  y antisindical de los empresarios y gerentes de medicina prepaga cuando elegían el servicio de salud de sus trabajadores en beneficio de sus propios intereses económicos, alejándolos del vínculo natural con el sindicato de su actividad».

Cabe señalar que este sistema está vigente desde los años ´90, cuando se inició el proceso de desregulación de las obras sociales. Sostienen que el «descreme terminó perjudicando a muchas obras sociales».

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