El aumento del dólar provocó un desequilibrio significativo en todos lados. Y los bomberos también fueron seriamente afectados, ya que los trajes que utilizan en cada uno de los incidentes, que deben estar homologados y que por el momento son los más seguros, se compran en el extranjero a precios siderales. Para tener una idea, un traje cuesta alrededor de 1200 dólares y debe renovarse cada cinco años al menos.
«Es complicado, hay trajes más económicos pero nosotros intentamos siempre cumplir con lo que nos exigen, y que estén homologados, porque si llegara a pasar algo tendríamos serios problemas y, sobre todo, ponemos en juego la vida de nuestro personal. Por otro lado, la diferencia no es tan grande, ya que tienen igual un precio excesivo», expresó Enrique Rochetti, presidente del Cuartel de Bomberos Voluntarios de Berazategui.
Mantener los vehículos también se transformó en una responsabilidad cuasi inalcanzable para muchos. «Casi todos los vehículos que tenemos vienen del exterior, por consiguiente si tienen algún problema son muy costosos de reparar. Por eso intentamos tener actualizada nuestra flota e ir renovándola, para evitar que tengan inconvenientes graves», explicó Rochetti, quien informó que el año pasado, en plena pandemia, adquirieron un nuevo camión, una autobomba Scania, moderna y con caja automática. «Habíamos vendido otro camión más viejo, ahorramos y compramos este, que significa mayor comodidad para los bomberos y mejor maniobravilidad en momentos de emergencias. Siempre estamos invirtiendo en el parque automotor, porque si tenemos un problema en pleno despliegue es dramático para nosotros y para las víctimas que nos esperan. Pero pensemos que tenemos todos camiones Mercedes Benz, Iveco, Volvo. Son grandes máquinas, pero que necesitan tener su respectivo mantenimiento. Una simple batería hoy cuesta alrededor de 25 mil pesos».
Otra de las cuestiones es el gasto de combustible. «En cada salida no tenemos menos de 3000 pesos por vehículo, ya que mientras funcionan las mangueras hay que tener el motor encendido. Al mes eso significa mucho dinero», recalcó Rochetti, quién recordó: «desde que asumimos como comisión, hace más de tres décadas, nos preocupamos de generar nuestro propio dinero. Hicimos los locales y tenemos los alquileres. Además, alquilamos la terraza para antenas de telefonía. Eso hace que tengamos una entrada asegurada que nos permite invertir en lo que necesitamos. Desde el primer momento la idea era no depender de la cuota de los vecinos, tener cierta autonomía y en este momento, es lógico, a la gente no se le puede pedir más».
Rochetti lamentó la partida de Noemí Giménez, por muchos años, tesorera de la entidad. «Trabajamos muchísimos años juntos y era una estupenda administradora. Se la extraña mucho. Fue reemplazada transitoriamente por Soledad Daniele, hasta que podamos realizar una asamblea».
Cuidados
El cuartel también tomó medidas para lidiar contra el coronavirus. «Yo voy solo tres veces por semana y me reúno solo con el jefe del cuerpo y el secretario, teniendo en cuenta que soy persona de riesgo. El resto de las comunicaciones son telefónicas. Por otro lado se hicieron burbujas. Una parte del personal viene 15 días y los otros 15 días viene otra parte. Somos muy prolijos, exageramos la higiene y les pedimos a todos que se manejen con barbijo dentro del cuartel. Todos utilizan sus propias cosas y en forma constante recurren al alcohol en gel porque, como siempre, el cuartel es un lugar de mucha circulación de gente».
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