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Agresión sexual a una joven en El Pato | lapalabradeberazategui.com.ar

El ataque, que aún no fue denunciado en la comisaría local, ocurrió el 10 de marzo en calle 616 entre 501 y 502, y la víctima lo relató así: «Volviendo de la facultad, eran las 14:00 cuando me bajé del colectivo 324 en la plaza de La Carolina, agarré la calle de tierra para ir a mi casa como hago para ir y volver durante toda la semana, pero hice 3 cuadras y noté que un pibe me venía siguiendo», dijo O.J.

«Cuando lo sentí más cerca empecé a correr, me alcanzó, tan cerca que sentí como con alevosía su mano me tocó el culo», contó la joven. «Empecé a gritar, no sé qué quería, si su intención era robarme o qué quería conmigo. Solamente vi que sacó un cuchillo que tenía en la cintura: quedé paralizada, pero al segundo reaccioné y grité, pero está vez más fuerte», añadió la joven.

Fue en ese momento en que «un hombre pegó un grito y el pibe corrió. Quedé inmóvil. El hombre me calmó, solamente escuché al pibe darse vuelta y decir «te veo siempre rubia, te regalaste». A continuación, el hombre que la asistió la llevó hasta su casa y «nos sentamos afuera con sus hijas mientras esperábamos a la policía».

Sin embargo, el agresor «seguía dando vueltas y pasaba por las esquinas. Quedé sin habla: camino por ahí para volver de la facultad y para ir a trabajar durante toda la semana», contó O., quien añadió que «hago ese tramo tanto a la mañana como a la noche. Jamás me pasó algo así y hoy me tocó a mí».

Tras la llegada de la Policía, la joven contó que quedó «espantada. Nunca me tocó vivir algo así y siento tanta angustia que no quiero salir nunca más, hasta que esto pare».

Sobre la situación que viven muchas mujeres como ella en el día a día, O. dijo que se siente «harta de vivir con miedo. Pensar que justamente antes de bajar del colectivo agarré el gas pimienta y lo dejé a mano, pero no tuve ni tiempo de sacarlo. Lloro solamente con pensar que cuando menos te lo esperas te puede pasar cualquier cosa».

Por último, la joven describió que el atacante «Era morocho de 1,60 m., tenía pantalón de Boca y una campera rompevientos azul marino; anda con una bolsa blanca (como de papas) en la que creo que lleva ropa».

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