En medio de opiniones a favor y en contra del regreso a las clases presenciales desde el próximo 1 de marzo, La Palabra realizó una encuesta entre diferentes maestros y profesores de nuestra localidad, cuyo resultado arrojó que la mayoría de los consultados están a favor de la vuelta a las aulas. En esta nota compartimos algunas de las opiniones.
Miguel Ángel Samutt, profesor de los secundarios N.º 1, 13, 12 y 15, y Silvia Blanco, maestra de la Escuela Primaria Nº 10, indicaron que «las clases presenciales deben comenzar» y siguieron: «Pensamos que nunca deberían haberse suspendido más de un mes. Está bien que se hayan cerrados los edificios durante la primera etapa de cuarentena, mientras se preparaban los hospitales para atender la pandemia. Después, consideramos que fue innecesario y político».
«El 55 % de los docentes no estamos agremiados a ningún sindicato y sólo una minoría sindicalista maneja la educación. Está bien que existan los gremios, pero deben responder a los derechos de todos los trabajadores», agregaron.
«Las clases presenciales no se tienen que suspender, porque el contenido no se recupera, es mentira que en un año se puedan brindar temas de dos años», explicaron. También, hicieron hincapié en que «el año pasado, si regresaban las clases, tenían que garantizar el protocolo. Y, lamentablemente, consideramos que no querían invertir en protocolos. Hay escuelas a las que sólo mandaron 5 litros de lavandina, un trapo de piso y un secador. Si las clases hubieran empezado tenían que brindar más cantidad y, además, entregar barbijos y alcohol en gel».
Miguel, por su parte, mencionó los problemas de desigualdad. «Tengo 300 alumnos y di clases por zoom a 7 u 8, y el 90 % no aprobó la materia». En este sentido, dijo: «Antes de volver a las clases el gobierno tiene que garantizar las condiciones; hay escuelas que tienen problemas edilicios y otras comparten espacio con el secundario».
En esta misma línea, Laura, profesora de la zona de Hudson, dijo: «Para mí, el país evolucionaría si pudieran volver las clases presenciales con todos los protocolos; porque en la presencialidad el docente puede contener al alumno. Lograr que los adolescentes tengan la confianza emocional con los profesores, que de forma virtual no se puede. Además, varios alumnos aprovechan que no hay clases presenciales y no toman con responsabilidad los estudios».
También otra docente, que prefirió reservar su identidad, sostuvo: «En buenas condiciones edilicias y con protocolos sanitarios las clases pueden empezar» y contó los problemas que tuvo el año pasado con las clases online. «Lo malo del año virtual fue la falta de contacto con los chicos. Además, me generó problemas de salud, tendinitis y dolores musculares».
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