Además, precisó que «por encima del promedio se encuentran subas mensuales del 83% y el 45%», con lo cual enero quedó marcado por «nuevos incrementos por encima de la inflación».

Los medicamentos que más aumentaron entre diciembre de 2023 y enero de 2024 son Derrumal 300 (83%); Daflon 500 (45%); Ibupirac 600 mg, Travatan, Dermaglós, Macril (25%); Atenolol Gador, Aldactone A, Aspirina Prevent y Trapax (20%).

«Durante la primera etapa de la gestión de Alberto Fernández, la evolución de precios de venta al público (PVP) de medicamentos mostró un incremento moderado y relativamente estable; en 2020 se registró una suba de 34,6%; en 2021, 42,9%; y en 2022, 82,8%», comparó el relevamiento.

En cambio remarcó que «en 2023 el incremento fue de 276%, superando el índice general de inflación por el comportamiento de precios tras el triunfo de Javier Milei y el inicio de su gobierno», y añadió que «sólo en noviembre se registró una suba de 25,7% y en diciembre, de 40,9%, muy por encima de la inflación de noviembre (12,8%) y diciembre (25,5%)».

El informe deja en evidencia datos preocupantes. Es que este desmesurado incremento se inscribe dentro de un contexto generalizado de desregulación y aumento de precios por encima de la inflación, lo que repercute de manera directa en la caída del poder adquisitivo de los ingresos que perciben las personas mayores, mayoritariamente mediante las jubilaciones y pensiones. Teniendo en cuenta que las personas mayores consumen en promedio cinco medicamentos mensuales, es notoria la proporción cada vez mayor que el gasto en medicación representa para sus ingresos.

Además, se vuelve delicado para los jubilados y jubiladas, especialmente para aquellos de menos recursos, que los remedios sean cada vez más inaccesibles, ya que son vitales para su supervivencia.

Encima, la Administración Nacional de Seguridad Social (ANSES) formalizó a través de una resolución publicada en el Boletín Oficial que la fórmula de movilidad previsional arrojó un índice de apenas el 27,18% para marzo. 

El resultado de la fórmula implica un aumento de las prestaciones significativamente por debajo de la inflación y, por ende, agrava el deterioro del poder adquisitivo de los ingresos.

Se estima que la inversión a lo largo del año será de $2.500 millones aproximadamente, lo que implica un ahorro de hasta $11.500 al mes para los afiliados.

“Logramos con responsabilidad e inteligencia una articulación público-privada que nos permite demostrar hoy que nuestra política y el PAMI son sustentables”, anunció Volnovich, y agregó: «Este nuevo listado de medicamentos nos permite garantizar el acceso a la salud de todos los afiliados”. 

El beneficio alcanza a más de 4 millones de afiliados, y hay medicamentos gratuitos destinados a diferentes tratamientos especiales o patologías específicas.

Esto es así porque, medidos los precios de los medicamentos al finalizar 2022, los aumentos fueron en promedio general del 95,4% durante el año, mientras que el Índice de Precios al Consumidor (IPC) del INDEC se ubicó en 94,8% para todo 2022. Aunque los medicamentos de venta libre subieron un 100,3% y encima el relevamiento mostró que algunos remedios de los más comercializados aumentaron muy por encima de ese valor, observándose una gran dispersión en los precios. Lo que habla claramente de valores que en algunos casos fueron muy superiores a la inflación anual del año pasado.

«Los que más aumentaron son los de venta libre, que están fuera de los acuerdos impulsados por el Gobierno, con picos de hasta el 137% en medicamentos muy usados«, señaló el comunicado de la entidad profesional.

Según el relevamiento además, considerados los distintos grupos farmacoterapéuticos, los medicamentos de venta libre aumentaron 100,3%, los recetados más usados el 93,6%, los más recetados a través de obras sociales y prepagas un 93,1%, los de uso pediátrico un 96,6% y los anticonceptivos un 93,6%.

En el ranking de los remedios que más subieron en 2022 se encuentran: Diclofenac, que pasó de $355,77 a principio de año a los actuales $846,10, acumulando una suba de 137,8% en 2022; Paracetamol, pasó de $392 a $932 (137,8%); jarabe pediátrico antitusivo subió de $800 a $1850 (131%), crema antimicótica Bifonazol, aumentó de $ 800 a $ 1.789 (123%).

También figuran: levotiroxina, que pasó de $1.410 a $ 2.800 (104%), ibuprofeno aumentó de $ 447 a $902 (102%) y clonazepam, subió de $ 1.135 a $ 2.270 (100%).

A su vez, de acuerdo al estudio de Ceprofar, se observa una distorsión en los precios con grandes diferencias entre los precios de distintas marcas de un mismo medicamento que llegan hasta siete veces entre la marca más cara y la más económica en medicamentos muy usados.

Por ejemplo: omeprazol (antiulceroso) 7,2 veces entre la marca más cara y la más barata, losartan (antihipertensivo) 2,2 veces, clopidogrel (antitrombótico) 4,2 veces, paracetamol (analgésico) 1,8 vez, ciprofloxacina (antibiótico) 4,2 veces, ibuprofeno (analgésico) 2,3 veces, salbutamol (broncodilatador) 5,6 veces, enalapril (antihipertensivo) 1,8 vez, entre otros.

«Esto se explica por el bajo cumplimiento y deficiente difusión de la ley 25649 de prescripción por nombre genérico», advirtió la entidad.

El relevamiento detectó incrementos de hasta 50% en medicamentos durante el segundo cuatrimestre del año, duplicando a la inflación general que en ese período alcanzó el 24,8%.

«Los precios retomaron la preocupante curva ascendente que se había registrado en 2020 y hasta fines de 2021. Luego, durante algunos meses, la tendencia se había desacelerado debido al congelamiento acordado entre el Gobierno y los laboratorios», señalaron desde la UAS.

Además, advirtieron que «la diferencia entre los aumentos del primer y segundo cuatrimestre es alarmante».

«En el primer cuatrimestre del año, los insumos de internación habían subido 14% en promedio. Es decir que en el período posterior el aumento fue más del doble», expresaron.

Al medir los precios de los medicamentos, se detectó que aquellos que habitualmente son usados para internaciones tuvieron las mayores subas, llegando al 32% en promedio durante el cuatrimestre mayo-agosto de este año, mientras que en el primer cuatrimestre hubo subas del 18,50% en promedio.

Encima también se registraron importantes alzas en los medicamentos denominados de alto costo, que pueden valer millones de pesos y que muchas veces deben ser cubiertos por prepagas y obras sociales a raíz de fallos judiciales.

Además, los aumentos de precios ampliaron disparidades en los valores del mercado, ya que los productos de marca se movieron mucho más rápido que otros similares. Por ejemplo, según datos de PxQ consignados por la UAS, hoy una aspirina de 500 mg. de Bayer tiene un precio 184% mayor a una aspirina similar. Un anticonceptivo como la drospirenona 3mg etinilestradiol 0,03mg de Bayer tiene un precio 58% mayor a un medicamento similar. Un paracetamol de 500 mg. de Genomma tiene un precio 67% mayor a un medicamento similar; un ibuprofeno 200 mg. de Pfizer tiene un precio 42% mayor a un similar; y una metformina de 850mg. de Montpellier tiene un precio 39% mayor a un medicamento similar.

Esto hace que los argentinos paguen más por los medicamentos. A un paciente de la Argentina le cuesta 387% más comprar un ibuprofeno de 600 mg. que a un estadounidense; pagar un 249% por una aspirina de 500 mg; un 243% más para acceder a una buscapina de 10 mg; un 197% más para abonar un paracetamol de 500 mg y 56% más para comprar una metformina.

“Con las obras sociales, especialmente IOMA y PAMI, que pertenecen al estado y dependen del gobierno tenemos infinidad de conflictos. IOMA paga un monto fijo por medicamento. Y no se aumenta el monto fijo desde hace un año. A muchos no le sirve ni siquiera ir a buscar la receta, porque el transporte le sale más caro que  lo que le compensa IOMA, los medicamentos venían aumentos pero este último cimbronazo fue terrible. Entonces  muchos empezaron a comprar por tirita y los medicamentos más necesarios” explicó la profesional.

“Con PAMI el impacto no se vio hasta ahora porque este gobierno puso un precio PAMI por un convenio que se firmó en noviembre del año pasado. Se actualiza según el índice de inflación del INDEC. El aumento lo absorbe el farmacéutico hoy. Pero en septiembre, cuando se conozca el índice de agosto  seguramente aumentara un promedio de un 20 por ciento y la verdad los más vulnerables son los jubilados porque son los que tienen mayores problemas de salud y quienes más consumen medicamentos” definió Traverso.

“En el medio de todo esto las farmacias también estamos pasando una situación difícil y es lógico que con el marco inflacionario de este país no podemos aguantar el pago a 60 días de Pami, por ejemplo, tiene que pagar a los 40 días de la quincena y no lo está cumpliendo. Hay una semana de atraso y es muchísimo. Tan grande es la inflación que cuando terminamos de cobrar la plata ya se licuo. Ni hablar para una farmacia chica que está soportando el precio de los medicamentos y le está pagando a la droguería que en muchos casos nos bajaron los créditos. Ellos tienen una postura: o nos pagas o no te doy el medicamento. No hay desavestecimiento, pero nos bajaron los créditos para comprar. Eso hace que tengamos que ir a depositar capaz dos veces en la semana para tener stock y hubo un momento que había medicamentos que no entregaban para que no nos stokearamos. Recién el viernes se pudo resolver el tema con muchas reuniones”.

“La gente se enoja mucho porque el medicamento es un bien social de primera necesidad. Nadie quiere estar enfermo. Pero la gente no tiene opción. Hay gente que no puede elegir comprar o no comprar porque está en juego su vida. Y se la agarra con nosotros que somos la cara visible en el mostrador. Nosotros no somos formadores de precios quienes lo hacen son los laboratorios”.

Es lógico que la crisis se vea reflejada también en las farmacias. “Muchas veces cuando el paciente llega con muchos medicamentos le damos opciones más económicas y hasta así no llegan con el dinero que traen entonces le damos alternativas o compran lo más importante para un tratamiento básico. Es muy triste lo que esta pasando”.

Traverso destacó además que “hay mucha preocupación entre los colegas. No sabemos cuánto pagamos hoy y cuanto mañana y si la inflación va a parar acá o va a continuar. Es un gobierno que no defiende el modelo sanitario de la provincia de Buenos Aires, no defiende la salud pública, no defiende al jubilado, no lo hizo nunca y no lo va a hacer ahora” opinó.

“Nunca creí que íbamos a llegar a esto, lo digo en forma personal, en el Centro hay quienes nos hacen muchas preguntas que no podemos contestar. Básicamente hoy estamos esperando que tomen  una decisión” precisó la titular del Centro berazateguense.