Además, a fines de enero se incrementó el precio de la hacienda en el mercado de Cañuelas, lo que en el corto plazo, efectivamente podría trasladarse al consumidor.

Igualmente estamos en un contexto de caída en la demanda interna por la pérdida de poder adquisitivo. El consumo se está desplomando. Esto de alguna manera, ayudará a moderar futuros incrementos en góndolas y carnicerías.

Esto ya se está sintiendo. La suba en el precio de la carne fue uno de los distintos factores que impulsó al alza la inflación de diciembre que llego al 25,5%. De la misma manera, la moderación en la suba de este producto básico en la canasta alimentaria contribuiría a la desaceleración del IPC estimada para enero, que según consultoras oscilará entre el 20% y el 25%.

En este escenario, el techo a los precios lo va a terminar poniendo el consumo.

Por lo pronto, esta suba del 15% tiene origen en la menor oferta de animales, ya que este año, un millón y medio de terneros no nacerán, lo que sumado a la fuerte faena de vacas ocurrida en el último semestre del 2023, provocarán una caída en la oferta que presionará sobre los precios de los cortes de carne.

Y también, a raíz del crecimiento en las exportaciones, el propio Gobierno prevé que los envíos al exterior ganen participación este año como destino de lo producido, tras un 2023 que cerró con fuerte incremento en los volúmenes exportados.

El precio del kilo vivo ya se ubica alrededor de $1.500, con lo cual la media res se ubica en $3.000 y el precio de los cortes en $6.000 por kilo en promedio.

En una recorrida que hizo La Palabra por distintos comercios del rubro, hablamos con Cristóbal, de la carnicería ubicada en Diagonal Lisandro De La Torre entre 13 y 14, quien aseguró que “la carne subió mucho estos días y que el kilo de asado ya se encuentra en $6.000, aunque puede seguir pegando saltos antes de las fiestas, ya sea la carne en general y el asado en particular”.

Tomás, de la carnicería “El Vasco”, afirmó: “todos los días sube un poco más la carne; y me parece que más del 35%. El kilo de asado ya lo tenemos a $6.500”.

Por su parte, Hernán, de la carnicería “Lionel”, manifestó que “el porcentaje de aumento no lo sé muy bien pero sí que se fue todo por las nubes. Ahora el kilo de asado lo vendemos a $7.000, pero puede seguir subiendo para las fiestas. Esto es el día a día. Ojalá que no, porque si no va a caer más el consumo”.

Por lo pronto, los precios de los siete cortes de carne serán los siguientes: Nalga: $ 2.146, Vacío: $ 2.110, Matambre: $ 2.045 Paleta: $ 1.737, Asado: $1.616, Tapa de asado: $ 1.616 y Falda: $ 1.052. 

Los siete cortes del programa Precios Justos se mantienen vigentes en supermercados y carnicerías adheridas en todo el país dando continuidad al programa que ofrece los principales cortes vacunos a precios accesibles. Es que la carne es un producto que subió bastante en los últimos meses.

Sumado al acuerdo, se puede obtener un descuento de 10% todos los días, abonando con tarjetas de débito bancarias y no bancarias, con un tope de $2.000 mensuales, mientras que los sábados y domingos se agrega un 40% de reintegro con tarjetas de débito y crédito del Banco de la Nación Argentina y pagos con la aplicación MODO BNA+, con un máximo de $4.500 por transacción.

Asimismo, continúan los descuentos en carnicerías. En la provincia de Buenos Aires, los fines de semana se pueden obtener 35% de reintegro con Cuenta DNI del Banco Provincia en más de 9000 comercios y tope de reintegro de $4500 por semana y por persona.

Y también continúa vigente el programa Compre sin IVA, a través del cual la AFIP devuelve el 21% en compras de productos de la canasta básica con tarjeta de débito en supermercados, mini mercados y comercios de cercanía, con un tope de $18.800 mensual.

Es que el Gobierno Nacional definió un incremento del 8,9% en los precios de referencia de la harina común 000 a la salida del molino. De este modo, el precio de las bolsas de 25 kilos quedó establecido en $2825, frente a los $2594 que estaban vigentes desde el 11 de septiembre.

Estos cambios de precios se dan en el marco del Fondo Estabilizador del Trigo Argentino (FETA), creado por el Gobierno para subsidiar el precio de la harina y tratar de abaratar el valor del pan.

Por su parte, por diversos factores, el valor de la hacienda aumentó en las últimas semanas y desde el sector anticiparon que esos incrementos se trasladaban en el corto plazo a los precios de la carne que paga el consumidor.

Una menor oferta de hacienda, a partir de que mucha de la faena se adelantó en los meses previos producto de la sequía, sumado a la incertidumbre previa a las elecciones y las lluvias de los últimos días, generó presión alcista a los valores que se negocian en el mercado de Cañuelas.

La Palabra visito comercios de estos rubros para averiguar sus respectivas situaciones.

Por ejemplo, en la panadería “Franoi”, el kilo de pan se puede encontrar a un precio económico $600.

En la panadería “Antojos”, el kilo está a $1000 y allí temen nuevas subas porque la harina sigue encareciéndose.

Desde la panadería “Jonsha”, afirmaron que “por ahora mantienen el kilo a $900” pese a que la harina sigue escalando su valor.

En tanto, Florencia de la panadería “TuAna”, indico “tengo entendido que mañana me van a vender a precio nuevo. El kilo lo voy a tener que poner a $1000 me parece”.

En cuanto a las carnicerías, Facundo del comercio “Yamir”, sostuvo “desde la semana pasada los principales cortes de carne subieron 200 pesos cada uno. Realmente no miro mucha tele y no sé si va a seguir aumentando. Los del frigorífico que nos traen la mercadería saben cuándo vuelve a aumentar y las razones de porque pasa exactamente eso”.     

Mientras que en la carnicería “Los Nietos”, también confirmaron este incremento del 20% tras las elecciones generales.

Estos son nuevos aumento sensible para la canasta básica y para la alimentación básica de millones de familias. La inflación incontrolable  sigue golpeando duro a la enorme mayoría de la población y en los alimentos supera el promedio.

De hecho, el rubro alimentos también subió por encima del 10% en agosto y que las carnes le habrían aportado más de 3 puntos a la inflación general del mes. Es que, se estima, el promedio de distintos cortes registró un incremento superior al 50% en las últimas semanas.

Vale destacar que lasuba de las carnes superó el 48% de suba en agosto, y el 168% anual. El aumento mensual más alto de este producto de los últimos 18 años.

Este fuerte aumento en los precios repercute de manera directa en el consumo de carne vacuna. Es por eso que se registra un descenso en las ventas y se pronostica una corrección a la baja en los precios.

“Desde el lunes que bajaron los principales cortes de carne, pero habían aumentado mucho estos últimos meses. Esperemos que se mantenga como está ahora. Por suerte bajaron un poco los precios, aunque no sé si fue por caída del consumo”, comentó Claudio, encargado de la carnicería “Los nietos”.

Por su parte, Javier, de la carnicería de 112 y 14, expreso “esta semana están bajando los precios de todos los cortes. El kilo de asado llego a los $4000 y ahora está a $3400. El kilo de vacío estaba más caro y ahora está a $3600”.  

Recordemos que la carne venía muy rezagada con respecto a la inflación y en agosto pego este fuerte salto debido posiblemente al desequilibrio por cuestiones estacionales entre la oferta y demanda de animales con de exportación y principalmente por la devaluación post PASO que generó toda una remarcación de precios. Ahora con esta baja se espera que su valor se estabilice.

Además, seguirán vigentes las promociones en carnicerías de reintegro del 10% abonando con tarjetas de débito o crédito y del 35% para clientes de Banco Nación abonando con la App MODO para las compras de los días viernes y sábados.

El precio de cada corte será: la falda que tendrá hasta fin de mes un valor de $697 por kilogramo, mientras que el asado y la tapa de asado costarán $1.068 por kilo.

Asimismo, la paleta saldrá $1.149 por kilogramo, el kilo de matambre $1.352, el kilo de vacío se comercializará a $1.394 y la nalga a $1.419 por kilogramo.

La Palabra dialogó con comerciantes de carnicerías de Berazategui quienes coincidieron en afirmar que difícilmente puedan encontrarse productos con precios justos en comercios de barrio y a su vez comentaron que son más comunes en hipermercados.

En un contexto de fuerte aceleración inflacionaria, la iniciativa del gobierno procura estabilizar los precios en el corto plazo para recuperar el poder adquisitivo de la población. Más teniendo en cuenta que la carne es un producto sensible en el bolsillo de los argentinos y que hace tiempo se volvió incomprable.  

Recordemos que el precio de la carne es uno de los que mayor peso relativo tiene dentro del rubro de alimentos y bebidas e impactó fuertemente en la inflación del mes de febrero, donde el rubro marcó 9,8% de aumento en el mes siendo el de mayor aumento en la canasta de bienes y servicios que mide el INDEC en el IPC.

Para el mes de marzo se esperaba que el impacto del precio de la carne haya menguado y si bien se desaceleró, la suba en el IPC de alimentos y bebidas el mes anterior dio 9,3%. Lo que ocurrió fue que el pollo registró aumentos muy fuertes en marzo, más del doble de lo que subió la carne. 

La consultora LCG hace un seguimiento histórico de la evolución del precio respecto del promedio de alimentos, e indica que aún le queda un recorrido de 9,3% de aumento para alcanzar al promedio del resto de los alimentos, teniendo en cuenta el retraso que acumuló en 2022.

Durante el año pasado, el precio de la carne se retrasó respecto de los aumentos generales de precios producto de la sobreoferta de animales que hubo consecuencia de la sequía y el envío al matadero anticipado de muchos animales, que están faltando ahora.

En conclusión, más allá de los acuerdos, es probable que la carne aún no haya tocado su techo debido a que su valor todavía continúa retrasado.

La normativa indica que se «deben contemplar los cortes tradicionales, respetando la integridad anatómica de las piezas cárnicas» con el objetivo de «mantener su valor monetario en el momento de su comercialización en la carnicería, evitando afectar zonas donde se encuentran cortes apreciados por los consumidores».

Además, según afirma “la nueva normativa repercutirá en favor de la salud y bienestar del trabajador». «Tiene por finalidad cuidar del bienestar físico de los trabajadores del sector cárnico evitando que transporten con su cuerpo medias reses de pesos muy superiores a los indicados en los convenios y a la OIT».

A su vez, indica que se establecerán programas de asistencia financiera para frigoríficos y faenadores destinados al sector «para contribuir a que se cumpla con la presente medida, mediante la implementación de líneas de crédito, capacitaciones y programas de fortalecimiento».

El titular del Frigorífico «El Tanito», Juan Volpe, expresó: «La noticia me tomó por sorpresa. Desde mi comienzo en el año 1998, siempre trabajé con cortes y medias reses, y no lo conozco otra manera. Tendré que adaptarme a los cambios».

«Puede ser viable, habrá que ver cómo se aplicará la metodología, hay que esperar a que comience para saber si funciona o no. Dudo que se vaya a aplicar o que prospere», opinó.

Sin embargo, advirtió: «Si se establece resultaría algo perjudicial, porque los comercios chicos van a necesitar menos personal, porque ya la carne va a venir en trozos, lo cual generaría desempleo. Por otro lado, los frigoríficos van a necesitar más personal para realizar los cortes, porque implica un mayor trabajo».

También mencionó que la nueva medida generaría un gasto extra para los frigoríficos. «El operativo para sacar la carne trozada va a ser superior y eso se verá reflejado en el precio de la carne».

Y recordó que el sector está afectado por la pandemia. «Si la medida favorece a todos por igual estoy de acuerdo, pero si nos sigue hundiendo no le veo futuro», recalcó y siguió: La pandemia provocó una caída en las ventas. En nuestro caso perdimos grandes ganancias con la ausencia de reuniones sociales como los asados en familia o amigos, las fiestas de 15 años, casamientos, despedidas de fin de año, entre otros eventos, en los que nosotros éramos los principales proveedores».

«La gente consume lo básico y nos sobran cortes que antes no sobraban, como vacío, asado, lechón y cordero, que son propios de las celebraciones», añadió y contó: «Nosotros estamos comprando un 30 % menos que en otras épocas donde no había COVID».

En paralelo, el dueño de la carnicería «Lo De Charly», Carlos Galanti, manifestó: «No creo que vaya a pasar. No comparto la medida del gobierno, porque comercializará las carnes que quiera para el exterior, y nosotros venderemos y consumiremos cualquier porquería que no puedan vender afuera».

Además, el comerciante subrayó: «Los frigoríficos gastarán más en empleados e insumos para trozar la carne y a nosotros, los carniceros, nos van a vender a precios más elevados, cuando en realidad se deberían cerrar las exportaciones para poder bajar los precios o que sean accesibles, como pasó en el gobierno de Néstor Kirchner».

«Nos están prohibiendo consumir carne de buena calidad y nos están prohibiendo qué carne elegir. Vamos rumbo a ser Venezuela. No estoy de acuerdo para nada», reafirmó.