Diana Montalto, a cargo de la coordinación de Artes Visuales municipal, habló al respecto y comentó que «tanto Dino Pazzelli como Martín Castro están aun  en actividad. Ellos son personas mayores, pero continúan con su carrera pictórica. Ángel falleció hace unos años, pero igual su familia acercó las obras. La idea era revisar un poco la trayectoria de los tres y traer a lo contemporáneo esa visión moderna de estos tres artistas históricos que son casi fundacionales del distrito». Y reconoció: «Todos han hecho muchas cosas dentro de las artes plásticas y tienen mucho que enseñarnos».

«Además, lo interesante de esta muestra es que todos aquellos que participan de los talleres municipales así como también quienes nos visitan de otras escuelas de bellas artes y los colegios del distrito puedan conocer a estos artistas. Es poner en valor lo que tenemos, este tipo de generaciones han sido protagonistas y permitieron construir lo contemporáneo».

«Entonces de esta manera los alumnos de artes visuales tienen la posibilidad de revisar  los diferentes procesos. Es una tarea interesante y genera otras miradas. Si no parece que estamos martillando siempre sobre lo mismo, sobre la misma línea expresiva, y no queremos que sea así», resolvió la docente.

Confirmó que no serán los últimos y que el año próximo convocarán a otros artistas. «El año que viene vamos a hacer más muestras de este tipo, algunos serán del distrito y otros próximos, en la región».

«Creo que un pueblo debe reconocer a los artistas, más allá que se dediquen o no a las artes visuales. Deberían ser convocados en  escuelas, sociedades de fomento, distintos estamentos públicos, para generar un ida y vuelta que sería invaluable. Hay que comenzar a pensar en eso», confió Montalto, que ya programa el próximo ciclo de exposiciones con una mirada abierta y sostenida.

Entre 2012 y 2013 Alejandra y Marila fueron convocadas por el ministerio de Desarrollo Social de la Nación para participar como coordinadoras y muralistas del proyecto «Murales colectivos»,  desempeñando esta labor por todo el territorio nacional y el conurbano bonaerense, e integraron el grupo «Pisando barro» junto a otros artistas, donde hicieron dos cortos documentales titulados «Discursos murales» y que quedaron plasmados en William Morris e Ituzaingo.

«El tema de la pandemia nos cambió a todos la realidad en la que vivíamos y nos volvió aún más introvertidos; al no poder salir a hacer murales, hice cursos. Igual no me cuesta estar aislada o estar en el interior de mi casa pintando, me gusta hacerlo», indicó Alejandra, que utiliza sobre todo óleos en sus obras individuales. «Es un material noble, porque me permite hacer sutilezas,  transparencias, empastes. Considero que le da fuerza y carácter a la obra. También utilizo pincel y a veces espátula. Suelo incrustar otros materiales y dibujo con lápiz, grafito, plumín y tinta china, que transmite otro tipo de sensibilidad que no transmiten otros materiales».

En sus obras abunda el tema del género. Me crié en Santa Fé y  mi infancia fue en lugares humildes del conurbano, vivencias que  están presentes en mis obras. También me fascinan las aves que viven en todo el litoral. Siempre me gustaron y eso está presente en un lenguaje simbólico».

En el caso de Marila estudió bellas artes en la Escuela «Prilidiano Puyerredón» y realizó varios cursos de postgrado. «En el grupo Nereidas éramos muchas mujeres al principio, pero nos fuimos distanciando por diferentes razones. Quedamos Alejandra y yo, y formamos el grupo Nereidas R, hace 16 años que trabajamos juntas. Hemos realizado muchísimos murales por todo el territorio e incluso viajamos a encuentros en países vecinos. En 2018 realizamos un mural en la UBA con motivo del  centenario de la Reforma Universitaria».

Marila también desarrolla obras de caballete, «una reflexión, más intimista». La artista confiesa que «ambas cosas son indispensables para mí y se nutren mutuamente». Para cada mural realizan un intenso trabajo de territorio, investigan la historia y ven la arquitectura del lugar. Ella también trabaja la temática de la mujer. «He vivido cosas que son comunes a todas las mujeres, que tienen que ver con el patriarcado. Después tuve cambios que tuvieron que ver con cosas que me fueron pasando».

En 2014 Marila fue atropellada y estuvo muy mal de salud. Los cambios se vieron en su trabajo artístico. «Desde allí empecé a usar una paleta más colorida y trabajo mucho con la naturaleza. Hice una serie de cuerpos no hegemónicos luego de una convocatoria on line, y fue muy fuerte la respuesta».

«Nereidas R» hizo otro mural en San Martín, en la «Plaza del gaucho» y ganaron un concurso en la UNAJ que le abrió muchísimas puertas.

El acto donde se presentó el nuevo mural en el Hospital se desarrolló en el Salón Auditorio «Ramón Carrillo» y contó con la participación virtual del ministro de Salud de la Nación, doctor Ginés González García.

La obra había sido aprobada por el Consejo de Administración y la dirección Ejecutiva del nosocomio, y la idea era representar «el espíritu y la identidad del hospital». La presentación se hizo de manera on line a través de Facebook Live, el jueves pasado.

«Desde que se entra al hospital se busca acoger con humanidad y amabilidad al paciente y entendemos que las expresiones artísticas colaboran con la salud. Con esto buscamos contar la filosofía y el concepto sanitario de nuestra institución, además de mostrar el desempeño de los trabajadores  que diariamente se ponen al servicio de la comunidad en la atención de calidad y excelencia desde una institución pública», indicaron desde el Consejo.

El mural se desarrolló en una de las paredes de la rampa de acceso al primer piso del hospital y cuenta con una superficie total de 150 metros cuadrados, de veintiocho metros de largo por ocho de alto y dos metros en el sector más bajo. La técnica utilizada es la pintura acrílica látex. La obra se encuentra estructurada en dos niveles principales de visualización considerando las posibilidades de percepción del espectador, tanto del plano inferior como del superior.

«Alejandra y Marila son dos genias, el laburo que han hecho es maravilloso. El arte es tradición en el hospital, ya que artistas de la zona exponen en forma constante y ahora tenemos este mural en pandemia. La verdad es un honor, es muy lindo poder culminar con este trabajo impresionante que muestra una línea de nuestra historia de salud pública», subrayó el doctor Ariel Sáez de Guinoa, director ejecutivo del nosocomio.

Entonces, ya sus profesores le habían recomendado formarse con los grupos mayores, pero Karina prefirió forjar su propio camino que mas tarde o mas temprano afloraría naturalmente. Su madre, una artista de pintura digital y cerámica, Nely O’Leary Giulio la estimuló desde pequeña a dibujar y leer, algo que incorporó a su vida como costumbre.

“Cuando yo era chica, me compraba pinturas, muchos lápices y libros. Con ella llegué a leer novelas de la escritora belga Margarita Yourcenar a los 13 años”, expresó Del Sabio, recordando su adolescencia marcada por una descendencia irlandesa, por una parte e italiana por otra. Su padre, Alfredo Del Savio, era nacido en Le Marche, Italia, y no entendía muy bien lo que la joven buscaba, pero lo respetaba, y acompañaba.

A los 20 años participó en la Escuela de Teatro de La Plata, y allí volvió a expresarse como artista, y a poder demostrar todo lo que tenía guardado.

Pero luego, su energía creativa la llevo a desembarcar en la Escuela de Vidrio de Berazategui donde arrancó simplemente como aprendiz. Con su empeño, no paso mucho tiempo hasta que ella misma pudiera  transmitir conocimientos desde la cátedra de Técnica de Materiales.

“Tenía un elefante delante de mis narices durante mi niñez, pero no captaba su real dimensión” expresó la artista ya formada y ahora sumamente valorada.

Karina se volcó de lleno a lo que sabía hacer, que seria luego su especialidad, y que detectó en el viejo edificio de Rigolleau,  descolorido por el tiempo “un gigante con una gran historia, donde hubo un director sensible y comprometido como Enrique Shaw con un grandioso Departamento de Arte que la ayudaría a crecer» hasta lograr nuevos horizontes.

Del Savio pudo nutrir también su formación con el aporte de los trabajadores de la Cristalería Cooperativa El Progreso, ubicada en Ezpeleta. La planta, que ha pasado por numerosas etapas sigue siendo reconocida por sus cristales modelados a mano y la calidad de sus vidrios refinados. Fue inaugurada en 1947 por antiguos operarios de Rigolleau, cuyo oficio fue transmitido de padres a hijos y nietos.

Primero llego a la  Real Fábrica La Granja, en Segovia, España. Y entre 2005 y 2010, presentó ocho muestras en el marco de la exhibición Sculpture Objects Functional Art and Design (SOFA), que es la meca a la que aspira todo artista de arte en vidrio, y se realiza en los Estados Unidos. Todo esto le permitió que  dos veces consecutivas, en 2015 y 2016 fuera nominada entre las cien mejores artistas de la especialidad en el mundo, algo que nos debe llenar de orgullo, porque ella siempre volvió. Y no la deslumbraron las luces del viejo continente tampoco.

Desde su hogar, en Ranelagh, ella sigue creando en la comodidad de su casa, las piezas más exquisitas.

Karina hoy visita seguido la Escuela de Vidrio, donde permanentemente es convocada para dictar seminarios internacionales, mientras tanto, controla a la distancia sus colecciones permanentes instaladas en Miami y en York, Inglaterra, y se inspira para moldear su próxima pieza artesanal.

Un arte con historia

El crecimiento de Berazategui, se vio marcado por el instalación de la fabrica Rigolleau, donde cientos de obreros se volcaron al trabajo de un oficio que era desconocido en estas latitudes pero convocados por la oportunidad laboral que les proponía la ambiciosa iniciativa del pionero francés León Rigolleau, familias enteras se encolumnaron detrás del notorio desarrollo de la producción de vidrio e incluso llegaron para radicarse en una ciudad que crecía hasta entonces muy lentamente.

Y de ese multitudinario universo de operarios, que aprendieron a manejar las cañas de soplado, a trabajar en moldes y con herramientas diversas  surgió una amplia gama de creadores de arte en vidrio, una tradición que quedo grabada en el alma de todo un pueblo, que más de un siglo después no muere gracias a decenas de herederos.

Dos de esos creadores son la diseñadora Lucrecia Moyano y el tornero polaco Félix Berdiyskak que supieron amalgamar las tareas cotidianas que les demandaba la fábrica con el talento creativo para moldear la materia prima y lograr admirables piezas artísticas. El sector más moderno y luminoso del Complejo Municipal San Francisco parece ser el lugar más acertado para admirar las obras de Lucrecia Moyano y Félix Berdiyskak, los máximos referentes que engalanan la colección exhibida en el Museo del Vidrio.

Las piezas de Lucrecia se caracterizan por la decoración con burbujas, y las de Félix se destacan por la observación y réplica de figuras presentadas en moldes de yeso, tienen marcadas diferencias y tienen su sello propio. Obras de ambos están exhibidas en el Complejo Cultural San Francisco, en 23 y 149 donde  funciona la Escuela Municipal del Arte en Vidrio, y por donde pasaron decenas de creadores que adoraron esta disciplina, y que no vienen solo de Berazategui sino que arriban desde distintas regiones del país e incluso del exterior. Allí se perfeccionan en Moldería, Serigrafía, Técnicas de Vitrales, Reciclado de Vidrio, Joyería y Pantallas, entre otras materias. Y se realizan en la carrera de dos años de duración de la Tecnicatura en Vidrio Artístico.

Cabe destacar que el catálogo de nombres fuertes que resuenan en las salas del museo también abarca a las consagradas artistas Karina del Savio y Miriam Di Fiore y un respetable staff de obreros de Rigolleau, devenidos artistas anónimos que decidieron donar sus obras al museo, por amor al arte y a su tierra suburbana.

Hace muy poco Karina visitó el Instituto San Martín, donde expuso sus obras y narró a los alumnos y docentes sus experiencias, dentro y fuera del país. Su sencillez y su facilidad para explicar los procesos del vidrio, esos que conoce muy bien, son dos condiciones altamente valoradas. Brinda cursos diversos y para esto es invitada a muchos lugares. Sin duda, la capacidad creativa de esta joven artista no tiene límites.