Según Diego Faccone, quien encabezó el proyecto y es además biotecnólogo de la UNQ, investigador del Conicet, y trabaja en el área de antimicrobianos en el Instituto Nacional de Enfermedades Infecciosas (INEI) de la Administración Nacional de Laboratorios e Institutos de la Salud (ANLIS) Dr. Carlos Malbrán, emergieron bacterias con múltiples mecanismos de resistencia durante la pandemia de Covid-19.
Para Faccone, los antimicrobianos “permiten tratar a personas con infecciones sencillas, como la urinaria, y muy severas, como la meningitis” y que hoy en día “no se piensa en tratar a un paciente sin antibióticos”. Sin embargo, aduce que las “previsiones a futuro no son alentadoras”.
Afirma que hay un “aumento sostenido de la resistencia que hace que estos antibióticos ya no tengan actividad sobre bacterias que son multirresistentes; con resistencia extrema o tan resistente que ya no hay antibiótico útil para tratarlas”.
A su vez, indicó que es un tema que está en agenda hace varios años y que preocupa a todas las naciones, siendo un problema que se da a nivel mundial.
Si bien reconoce que en su laboratorio caracterizaron y estudiaron a las bacterias resistentes, las medidas de prevención se hacen desde el Ministerio de Salud junto con el Ministerio de Agricultura.
Además, señala que “hay un plan nacional transversal de control de la resistencia que busca monitorear, a nivel hospitalario y del consumo social, el uso erróneo o excesivo en la sociedad y en los sistemas productivos. Esto se da en la población general porque la gente tiene acceso a comprar antibióticos como si fuesen de venta libre, aunque no lo son. Y lo mismo sucede en la producción animal, donde se utilizan antibióticos como agentes promotores de crecimiento de una forma desmedida. Todo eso influye e impacta directamente en el aumento de la resistencia”.
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