Ocho años y medio después de la tragedia, la familia de Iñaki Bohn Rioboo aguarda el comienzo del juicio oral por su muerte, ocurrida el 22 de febrero de 2017 en el barrio cerrado Altos de Hudson 2, en Berazategui. Tenía apenas 11 años cuando una descarga eléctrica lo fulminó mientras jugaba con amigos en la pileta del predio.

El juicio, correspondiente a la causa N° 13-01-001361-17/0 caratulada como Homicidio culposo, comenzará el 3 de noviembre en el Juzgado Correccional N° 5 del Departamento Judicial de Quilmes, a cargo de la jueza Sandra Martucci y con la actuación del fiscal Jorge Squeo. Las audiencias se extenderán durante todo el mes, con fechas fijadas para los días 3, 4, 10, 11, 17, 18, 24 y 25 de noviembre.

Los imputados en la causa son Santiago Domingo Collavini (administrador y desarrollista), Rubén Levy (electricista matriculado) y Héctor Lucero (encargado de mantenimiento).

La noche de la tragedia, Iñaki estaba jugando con seis amigos en la pileta de uso compartido del barrio. Cerca de las 20 horas, al ir a buscar una pelota fuera del agua, rozó una farola que estaba electrificada y recibió una descarga fatal. Pese a los intentos de reanimación por parte de los paramédicos y médicos en el UPA de Hudson, Iñaki no sobrevivió.

En diálogo con La Palabra, su padre, Gastón Bohn, expresó: “Estos 8 años y medio fueron difíciles a nivel judicial. La justicia es bastante lenta, pero logramos llegar al juicio oral junto a nuestra abogada Marina Ameal, la mamá de Iña, Magdalena, y su abogado. Es difícil llegar a este tipo de causas, por eso lo sentimos como un gran logro”.

“Nos apoyamos en una hermosa familia, nuestras parejas, nuestros otros hijos, grandes amigos que nos acompañaron todo este tiempo, creo que hubiera sido más difícil sin ellos”, sumó.

“Sabemos que son días que vamos a tener que remover mucha tristeza, esa misma que nos acompaña desde que Iñaki no está físicamente con nosotros”, lamentó y agregó: “Vamos a tener que escuchar excusas de porqué no se hicieron bien las cosas. Pero eso no va a dejar que nos rompamos. Los culpables van a tener que mirarnos a los ojos a nosotros, a la familia, a los amigos; y en cada uno de nosotros Iñaki está presente”.

Conmovido, el padre recordó: “Vamos a estar de pie, todos juntos, pidiendo la justicia que él se merece, porque para nosotros no hay justicia que nos lo devuelva. Era un nene con muchos sueños, quería ser jugador de futbol, hincha del Rojo, le gustaban los gatos, estar con amigos, con su hermano. Y eso hoy no es posible por negligencia de gente que solo pensó en su bolsillo”.

Y cerró: “Queremos que todo esto llegue a su fin para poder terminar nuestro duelo como padres. Queremos que la justicia sea justa y que los jueces y fiscales estén para ejercerla correctamente”.

El dolor también atraviesa a su hermano menor, Valentín, que hoy tiene 11 años, la misma edad que tenía Iñaki al momento de su muerte. Anabel, pareja de Gastón y madre de Valentín, contó: “La otra mañana Valen se despertó queriendo ver fotos suyas. Pensar que tenía apenas 3 años cuando le arrebataron la vida. Buscó fotos con su papá, recordó un momento y abrazo particular de mi cumpleaños, y se emocionó. La puso en su estado de WhatsApp con un corazón”.

“Valen tiene fotos con Iñaki en su mesa de luz y juguetes que todavía no quiere guardar porque eran de él. Hace poco me dijo que soñó con su hermano, que estaba con su papá, con el tío Dami, con Valen y Ramiro. Quiere ir al juicio, estar presente para entender un poco más. Hoy, con 11 años, puede comprender mejor, pregunta más, extraña más”, relató conmovida.

A varios años del hecho, la familia de Iñaki sigue pidiendo justicia y mantiene viva su memoria, la de un niño alegre, amante del fútbol y la vida.

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